Leyendas perdidas

Al comenzar esta investigación y examinar las razones para considerar mejor historiador a Tucídides que a Heródoto, consideré un detalle que después he visto señalado por otros autores, lo que me ha alegrado mucho, a pesar de ser algo evidente para cualquiera: Tucídides se dispone a contar acontecimientos contempo-ráneos; Heródoto, excepto en la última parte de su obra, relata acontecimientos anteriores a su nacimiento.

La ventaja de Tucídides es, en este sentido, colosal, porque se podría decir que el ateniense no está haciendo historia, no se refiere en su Guerra del Peloponeso al pasado, sino al presente. Sin el más mínimo matiz despectivo, Tucídides es el primer gran periodista, no el primer gran historiador. Su obra se ha convertido en historia debido al paso del tiempo, pero en cierto modo no lo era en su concepción original. Momigliano dice respecto a esto:

«(Tucídides) leyó (o escuchó) atentamente su Heródoto y decidió que la forma heredotea de afrontar la historia era peligrosa. Para escribir historia en serio era necesario ser contemporáneo de los hechos en discusión… la historia seria, según Tucídides, no se ocupaba del pasado, sino del presente «.

Los arimaspos tenían un solo ojo, según Heródoto. Los modernos investigadores sugieren que este pueblo escita del norte, en su lengua irania se llamaban a sí mismos «Amantes de los caballos» y que Heródoto confundió dos palabras semejantes (ojo y caballo).

El influjo posterior de Tucídides tuvo la consecuencia, en mi opinión bastante lamentable, que sus sucesores «hicieran poquísimas investigaciones sobre el pasado y se dedicaran relativamente en raras ocasiones a recoger testimonios de primera mano sobre países extranjeros». Debido a ello, hemos perdido muchas informaciones que hoy en día, combinadas con los descubrimientos de los arqueólogos, serían fundamentales. Informaciones que quizá nosotros, como ha sucedido con algunas de las «curiosidades» contadas por Heródoto, sabríamos ahora interpretar y esclarecer mejor que ellos mismos, ya que nosotros poseemos datos que ellos ignoraban o que no pudieron situar en un contexto razonable, gracias a nuestro conocimiento de la historia universal y los hallazgos de la arqueología. A cambio, hemos perdido esos testimonios parciales, quizá confusos, quizá deformados, pero también iluminadores, que aquellos historiadores sí tenían a su alcance y que, por su afán de ceñirse al conocimiento seguro, despreciaron.

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Tucídides y la democracia

Investigación acerca de la relación entre el historiador griego Tucídides, autor de La guerra del Peloponeso, y la democracia ateniense. Escrito hacia 1991. Revisado en 2016 y 2024.
Tucídides y la democracia

Aviso para navegantes Hice esta investigación para mi amigo Marcos con motivo de una discusión que se explica más adelante y que tuvo lugar en una terraza junto a la Cuesta de Moyano. de Madrid. No pretendía ser un trabajo riguroso, pero sí persuasivo, objetivo que, al parecer, cumplió. Daniel y Marcos por aquella época,…

Heródoto y Tucídides

  En lo que sigue no se pretende decidir si el mejor historiador de la Antigüedad es Heródoto o Tucídides, entre otras cosas porque también habría que contar, refiriéndonos sólo a los griegos, con Polibio. Tucídides Desde el punto de vista formal parece muy difícil negar la palma a Tucídides, pues se admite de manera…

Un trabajo quizá caótico

En cuanto a la estructura de la investigación Tucídides y la democracia, mi intención es tratar primero la figura de Tucídides y luego, si tengo tiempo y ganas, la de Heródoto… Arnaldo Momigliano Ahora bien, tras escribir todo este trabajo, dado lo largo que me ha quedado, y temiendo, Marcos, que te aburra soberanamente, he prescindido…

Tucídides y su época

«Que cada cual sea a su manera griego, pero que lo sea»                                         J.W. Goethe   Tucídides nació hacia el año -460. Por familia estaba emparentado con los círculos conservadores de Atenas. Se relacionó con Anaxágoras y…

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