Eugenio D’Ors hacía leer sus poemas a su criada Conchita y después le preguntaba si se entendía todo. «Sí, maestro», decía Conchita. A lo que D’Ors replicaba: “Pues, entonces, oscurezcámoslo”.…
Cuando esté muerto y no sepan los doctores el porqué, y la curiosidad de mis amigos haga que me corten y estudien cada parte, cuando en mi corazón encuentren tu…
Yo no sé mucho, o no sé nada, acerca de la poesía de la experiencia, pero sé que, al menos en España, hay dos bandos enfrentados de poetas, unos…