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Cómo no ser un cenizo
Reconozco que siento una gran afición por los pensadores que se muestran optimistas y que me aburren los depresivos y cenizos. El cenizo es aquella persona que no sólo sufre, sino que consigue fastidiar a los demás con su sufrimiento o con su manera fatalista de ver la vida.
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La búsqueda de la felicidad
"Hay gente que dice que la vida no es más que un tejido de desgracias; lo cual viene a decir que la existencia es una desgracia; mas si la vida es una desgracia, la muerte es todo lo contrario: la felicidad, puesto que es lo opuesto a la vida. Esta consecuencia puede parecer indiscutible...
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La fama póstuma de Lichtenberg y la aviación
Además de las buenas ideas que ofrece en sus aforismos, Lichtenberg era célebre por su capacidad predictiva, especialmente en el terreno de la psicología, pero ahora citaré un aforismo asombroso y certero: “¡Cómo se olvidarán algún día nuestros nombres por los de los inventores de la aviación y otras cosas semejantes!”. Lichtenberg, como Leonardo Da Vinci, estaba fascinado por la posibilidad de que el hombre pudiera volar e incluso hacía una curiosa inferencia: “El mundo no debe ser todavía muy viejo puesto que los hombres aún no pueden volar”. Ahora sabemos, por supuesto, que el mundo sí es muy viejo, mucho más viejo de lo que probablemente ni siquiera el propio…
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Mentiras y verdades peligrosas
Un aforismo de Lichtenberg que me recuerda uno de mis favoritos de Chesterton: “Las mentiras más peligrosas son verdades medianamente deformadas” La cita de Chesterton: “El error es una verdad que se ha vuelto loca” En Las paradojas del guionista empleé la sentencia de Chesterton para explicar una de mis paradojas: “Todos los métodos son buenos, incluso los malos”: “Chesterton se refería a que una verdad surge para explicar un caso concreto, para solucionar un problema aquí y ahora. Cada vez que nos enfrentamos a un nuevo problema debemos mirarlo en sí mismo, examinarlo atentamente y buscar las soluciones adecuadas. Y no aplicar como una plantilla fija o una receta soluciones que sirvieron para otros…
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El salmo de Lichtenberg
¿Y cuál es el Salmo 90 que tanto conmovía a Lichtenberg? Aquí está: Domine, refugium 1 Oh Soberano mío, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. 2 Antes que naciesen los montes, o fueran engendrados la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. 3 Devuelves el hombre al polvo, diciendo: “Retorna, hijo de Adán”. 4 Porque mil años delante de tus ojos son como el ayer, que pasó, y como una vigilia en la noche. 5 Nos arrebatas como en un sueño, como la hierba que pronto se marchita: 6 Por la mañana florece y crece; por la tarde es cortada…