La objetividad imposible Tucídides y la democracia /25
|| Tucídides y la democracia /25
Mi conclusión, tras examinar los peligros a los que se expone un historiador, incluso cuando intenta ser por completo objetivo, es que creo que es cierto que se debe intentar ser objetivo, o imparcial, o ecuánime, al emprender una investigación histórica, pero que también conviene animar al lector a buscar y conocer otras interpretaciones divergentes, complementarias o contrarias. Naturalmente, esta es una recomendación que no tiene por qué hacer un historiador en cada una de sus obras, pero que sí debe tener siempre presente quien consulte o emplee materiales históricos: la visión de una época determinada puede resultar muy convincente tras la lectura de un libro de historia, pero no debe olvidarse que esa visión resulta convincente en gran parte a causa de los datos que ha seleccionado el autor. Como dice H.I.Marrou: «La historia es inseparable del historiador».
Las dificultades, como es obvio, aumentan, cuando solo disponemos de un historiador para una época determinada, como en gran parte sucede con Tucídides:
“Aunque el historiador de la actualidad experimente cierta irritación, para ese período no hay otra historia posible más que la suya [ref] Denis Roussel, Los historiadores griegos[/ref].
Para terminar con el tema de la objetividad, dice Karl Popper:
“Quisiera aprovechar una vez más para decir que, por mi parte, no pretendo ser imparcial en mis juicios históricos. Claro está que hago lo posible para verificar los hechos de mayor peso, pero soy consciente de que mis apreciaciones (como las de todo el mundo) deben depender enteramente de mi punto de vista. Y si bien reconozco lo anterior, creo firmemente en dicho punto de vista, es decir, en la corrección de dichas apreciaciones [ref] Karl Popper, La sociedad abierta y sus enemigos[/ref]”
Continuará…
Comentario en 2019
En mi libro Las paradojas del guionista me referí a las interpretación de la batalla de Kadesh, muy diferentes según que lo contaran los egipcios y los hititas y dije:
«Lo que diferencia a la historia de la mera cronología es precisamente la interpretación de los hechos históricos. Por ello, lo más sensato no es exigir a un historiador que nos ofrezca una verdad incontrovertida, sino leer a otros historiadores. Si lo que queremos es aprender algo de historia, la única manera sensata es crearnos un criterio propio, eligiendo entre las diversas explicaciones la que más convincente nos parezca.»
[Escrito hacia 1991. Revisado en 2018 y en 2019]
TUCÍDIDES Y LA DEMOCRACIA
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Continuará…

