El escepticismo científico de Richard Feynman

Richard Feynman es uno de los científicos y pensadores que más me gustan. Mi hermana Natalia y yo quedamos fascinados con dos de sus libros: ¿Está usted de broma, señor Feynman? y ¿Qué te importa lo que piensen los demás?

Son los libros más sencillos de Feynman, pero también los más estimulantes. Después leí otros, como Seis piezas fáciles o El carácter de la ley física.

Feynman siempre insistía en explicar incluso las cosas más difíciles hasta que no quedase ninguna duda de que se habían entendido, pero él mismo, que había creado las famosas ecuaciones Feynman de la física cuántica, es el autor de la célebre frase que tan taoísta suena:

«Si crees que entiendes la mecánica cuántica es que no la has entendido».

Él mismo admitió que era incapaz de entenderla. Eso es un consuelo para todos los que tampoco la entendemos, porque a pesar de que se dice que no se puede comprender la física cuántica sin un conocimiento de alta matemática, como se ve, tampoco con ese conocimiento matemático se puede lograr.

Feynman es también autor de una de las mejores definiciones de la ciencia que conozco, que he citado varias veces, y también en Sabios ignorantes y felices:

«La ciencia es el método que hemos inventado para dejar de engañarnos a nosotros mismos».

Es decir, la ciencia es el método que hemos inventado para que el escepticismo se ponga en marcha y no sólo nos ayude a no engañarnos, sino para que además nos ofrezca resultados espectaculares.

Puede que la ciencia no nos dé un conocimiento indiscutible y que ni siquiera nos permita entender la física cuántica, al menos por el momento, pero sí puede poner a prueba y revelar muchas de nuestras mentiras, porque, como también decía Feynman:

«El primer principio es que no debes engañarte a ti mismo, porque tú eres la persona a la que más fácilmente puedes engañar».

Descubre a los escépticos de Grecia y Roma.

Ariel editorial
568 páginas

Sabios ignorantes y felices: lo que los antiguos escépticos nos enseñan

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