La misteriosa semántica contra la Inteligencia Artificial
Espero que haya quedado claro que la intención de esta investigación no es afirmar o negar que los ordenadores piensen o puedan pensar, sino tan sólo discutir la validez de los argumentos semánticos para demostrar que ni piensan ahora ni pensarán jamás.
Ya se ha visto en Cómo distinguir entre semántica y sintaxis o en El triángulo del significado la imposibilidad de usar términos como semántica, y significado como axiomas para una demostración. En este sentido, se puede considerar que este trabajo tiene un carácter negativo: muestra que lo problemático de los términos empleados (semántica/significado) por Searle impide su uso en un argumento que pretende, como casi todos los de Searle, resolver viejos problemas con soluciones basadas en premisas aceptadas por la comunidad científico-filosófica. Es perfectamente lícito emplear los términos semántica, sintaxis y significado en contextos de lingüística, semiótica o crítica literaria apelando al sentido común para su comprensión, pero tales términos no son equivalentes a los elementos de una operación algebraica demostrativa. Es decir, no son demostrativos.
Searle, por otra parte, basa toda su argumentación en un principio que considera indiscutible: que los ordenadores sólo pueden tener sintaxis y que la sintaxis por sí misma no permite adquirir semántica.
En varias ocasiones he intentado mostrar la compleja relación entre sintaxis y semántica. Autores como Monod (1984) y Hofstadter (1987) han señalado la posibilidad de que la semántica se obtenga a partir de la sintaxis. Esto no quiere decir, creo yo, que la semántica sea una sintaxis enriquecida (del mismo modo que un bosque no es un árbol muy grande), sino, más bien, que a partir de un cierto grado de complejidad sintáctica se puede obtener contenido o semanticidad. Como señala Monod en un contexto muy similar al de esta discusión:
“Si hay un caso donde sea aplicable la primera ley de la dialéctica, con seguridad es en éste” (1984:160).
2023. Para los argumentos de Monod y otras cuestiones relacionadas con la Inteligencia Artificial, se puede leer la serie de artículos agrupados bajo Inteligencia Artificial y psicología, y en especial Cuando la cantidad se convierte en cualidad.
En contra de todo lo anterior, se podría argumentar que es perfectamente posible comprender o descubrir el significado de algo sin conocer ninguna regla sintáctica, como hacen los niños. Como decía Lewis Carroll: “Take care of the sense and the sounds will care of themselves” (“Preocúpate del sentido y los sonidos se preocuparán de sí mismos”). Sin embargo, la semántica, insisten todos los lingüistas, también depende del contexto:
“Las propiedades semánticas de las palabras están vinculadas a su lugar sintáctico… a las funciones que son susceptibles de desempeñar en la frase” (Yaguello, Alicia en el País del Lenguaje, 158).
Para la lingüística, pues, uno de los asuntos más imprecisos es el de “las relaciones entre sintaxis y semántica” (o.c, 13s).
No siendo en absoluto evidente, por lo tanto, cuál es la relación entre sintaxis y semántica, resulta bastante sorprendente que un argumentador tan penetrante como Searle, solucione el problema cerebro/ordenadores diciendo que, por definición, la sintaxis no puede producir semántica, que los ordenadores digitales sólo pueden tener semántica, etcétera. Todo ello por definición (Searle, 1985)
Sin embargo, Searle también niega que los ordenadores sigan “reglas de sintaxis en absoluto”, pues lo único que hacen es “pasar a través de estados formales (o.c.56)”. Ha quedado sin discutir la curiosa noción de Searle de los isomorfismos y las relaciones entre lenguajes y metalenguajes, que es de gran importancia para comprender lo que Searle pretende refutar.
En fin, concedamos que los ordenadores no pueden poseer semántica. Admitido esto, ¿de dónde sale la semántica? ¿Cómo se puede acceder al contenido y cómo superar la barrera de lo digital?
Puesto que Searle no parece creer en almas o mentes ajenas al cuerpo, resulta bastante misterioso su concepto de semántica. En lo que se refiere a la relación con el medio, la que tenemos los humanos con lo que nos rodea, es algo que será superable por los ordenadores heurísticos, que aprenden a partir de la experiencia.
En una recensión que hice el año pasado acerca de la conferencia de Searle en torno a la que gira fundamentalmente este trabajo, establecí una comparación entre la semánticidad de Searle y la iluminación mística. La reproduzca aquí, sin añadir posibles correcciones, no para convertir a Searle en un místico, sino sólo para mostrar la similitud de ambas argumentaciones al tratar los pares sintaxis/semántica, por un lado, y koans/satori por el otro.
2023. Quizá hay que aclarar qué son los koans del zen. Se trata de pequeñas anécdotas o frases de aspecto absurdo o de imposible interpretación. Los maestros se las dicen a los discípulos, que intentan desentrañarlas racionalmente, pero en vano, porque no hay desciframiento posible. Y esa es precisamente la intención, o una de las intenciones de los koans: romper el pensamiento racional para alcanzar la iluminación. A pesar de que en la relación sintaxis/semántica, se supone que la sintaxis sí que se puede entender, lo que no se puede es alcanzar, dice Searle, es la semántica, el sentido; al menos no se puede si eres una máquina, o al menos no pueden ni podrán las máquinas. Esa es la razón de esta comparación que puede parecer extraña entre koans y satori o iluminación, por un lado, y sintaxis y sentido o significado, por el otro.
El final de este trabajo era la cita de un pasaje de D.T.Suzuki, pero la cita no estaba en el documento que he empleado, así que he tenido que deducirla a través de otros antiguos escritos acerca de la Inteligencia Artificial, que me han llevado primero a una cita de Douglas Hofstadter en Gödel, Escher, Bach y después a otra de Suzuki en Introducción al budismo zen. No puedo asegurar que cualquiera de ellas sea la que incluí en la investigación, pero creo que pronto podré confirmarlo en otros documentos que espero encontrar. A continuación, las dos citas.
Douglas Hofstadter: “La postura del zen es que las palabras y la verdad son incompatibles o que, al menos, no hay palabras que puedan capturar la verdad”.
D.T.Suzuki: “Puede que uno domine cientos, incluso un número ilimitado de kôans, tal como en el universo se da una cantidad ilimitada de objetos, sin que se encuentre la correspondencia entre ellos. Pero aquel que alcance la comprensión penetrante y satisfactoria de la realidad viviente de las cosas, podrá prescindir tranquilamente de los kôans.”
2023. Aquí termina este trabajo y esta investigación. Si te interesa este asunto de la inteligencia artificial, te invito a leer una recopilación de comentarios que hice en Seminario dedicado a la Psicología Cognitiva: Inteligencia Artificial y psicología.
Semántica y sintaxis en Inteligencia Artificial
BIBLIOGRAFÍA Considero importante señalar que no he utilizado ni las respuestas de varios autores a Searle en The Behavioral and Brain Sciences, ni un artículo…
Este investigación (1989) pretende examinar y discutir los argumentos de tipo semántico relacionados con la Inteligencia Artificial, especialmente los desarrollados por John Searle.
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