Semejanzas entre las ideas de Kant y las de Goethe

Goethe descubrió en los conocimientos a priori de Kant un paralelo con su modo de poetizar y observar, en el que primero procedía sintética y luego analíticamente:

“La sístole y la diástole del humano espíritu era para mí cual una segunda respiración jamás separada, siempre vibrando [1]”.

  Sin embargo, en otro pasaje dice:

“En las investigaciones físicas se me imponía la convicción de que en toda consideración de los objetos el supremo deber consiste en indagar del modo más exacto todas y cada una de las condiciones en que se presenta un fenómeno y aspirar a la mayor suma posible de los mismos, porque a lo último se verán obligados a coordinarse uno con otro, a prender uno en otro y formar a vista del investigador una suerte de organismo, poniendo de relieve la totalidad de su vida íntima [2]”.

No es difícil descubrir aquí un eco del método baconiano (del tan denostado empirismo ingenuo), en principio tan opuesto a las concepciones del idealismo alemán y a las anteriores declaraciones de Goethe acerca de la prioridad de la síntesis.

No puedo examinar aquí en detalle esa cuestión, pero se pueden señalar dos cosas.

En primer lugar, Goethe se refería, cuando hablaba de síntesis/análisis a su modo de “poetizar y observar», no a las “investigaciones físicas”. En este sentido es muy ilustrativa una de sus máximas:

«Cuando investigamos la Naturaleza somos panteístas, cuando poetizamos politeístas, cuando moralizamos, monoteístas” [3].

En segundo lugar, no se debería olvidar que la Crítica de la razón pura está dedicada al mismísimo Francis Bacon, y nace del estímulo de Hume, que, dice Kant, “me despertó del sueño dogmático”.

  En otra ocasión, Goethe dice explícitamente que su método es “la deducción” y que no descansa “hasta dar con algún punto saliente, del que puedan derivarse muchas cosas… si en la experimentación salta algún fenómeno que yo no pueda derivar, lo dejo estar como un problema”, pues luego, “de pronto, al cabo de los años, todo resulta explicado en la más bella congruencia” [4].

En realidad, en el texto citado se pueden hallar mezcladas la intuición, la inducción, el método hipotético-deductivo y lo que Peirce llamaba abducción, pero creo que, a pesar de esta confusión, queda bastante claro que para Goethe hay que partir de fenómenos particulares para llegar a leyes o explicaciones generales.

(2023) Podríamos quizá considerar que ese análisis y observación es la aspiración de aire o la contracción del músculo cardiaco, la sístole, es decir, la concentración atenta al detalle; mientras que la síntesis que logra unir todo ello en un conjunto sería la expansión o espiración, la diástole.

Por otra parte, dice Goethe:

“No se me pasaba por alto que la Naturaleza seguía siempre un método analítico, un desarrollo de un todo vivo y misterioso, pareciendo luego volver a adoptar un método sintético, puesto que venían a aproximarse relaciones al parecer enteramente extrañas y a unirse íntimamente en una misma cosa” [5].

Continuando con las semejanzas, Goethe también encontró en la filosofía kantiana cierta confirmación de su tesis del proto-fenómeno, el cual comparó con una idea (regulativa) de la razón [6].

2023
En su teoría de los colores y en sus investigaciones botánicas, Goethe hablaba del proto-fenómeno, aplicado a las plantas, algo así como una planta originaria (Urpflanze):

«Paseando por los jardines públicos de Palermo, se me ocurrió de pronto que en el órgano de la planta que solemos llamar la hoja se ubica el verdadero Proteus, que puede esconderse o revelarse en todas las formas vegetales. De principio a fin, la planta no es más que hoja».

Por decirlo de una forma quizá no muy precisa (pero ya no recuerdo bien este asunto como cuando escribí el ensayo) se podría considerar que lo que Goethe propone es algo así como el análisis retrospectivo de la planta, es decir, partir de la diástole para llegar a la sístole, de la síntesis al análisis, retroceder en el tiempo y deducir, a partir de la planta evolucionada, su forma original, la protoplanta. De este modo, por ejemplo, Goethe descubrió que cuantos más pétalos tiene una flor, más elementos ha robado o transformado de la planta de la que procede.

La portada de Atalanta con mi flor preferida, la amapola.

Su teoría, que explicó en La metamorfosis de las plantas fue durante mucho tiempo juzgada como ciencia de aficionado, pero finalmente encontró el respaldo de los biólogos. Como es obvio, aparte del asunto de la protoplanta, la teoría de Goethe ha sido considerada una primera anticipación de las ideas de Darwin.
También me recuerda ahora, aunque solo en cierto sentido, a ese delicioso libro que es Sobre el crecimiento y la forma de D’Arcy Thomson.


[1] Obras Completas, 1915.
[2] Obras Completas,1915.

[3] Máxima 805 (en Obras Completas).

[4] Obras completas, 1920.

[5] Obras completas, 1916.

[6] Ferrater Mora, Diccionario de filosofía, artículo GOETHE, p.1367.

Goethe y los idealistas alemanes

Investigación acerca de la relación entre Johann Wolfgan Goethe y los filósofos idealistas: Kant, Hegel, Fichte, Schelling, Schiller, Schopenhauer y el poeta Holderlin. Escrito hacia 1991.
Goethe y los idealistas alemanes
La relación de Goethe con los más importantes representantes del idealismo alemán: Kant, Fichte, Schelling, Hegel, Schiller, Holderlin y Schopenhauer.
Influencia de Kant en Goethe
Kant no hizo nunca caso de mí, pese a seguir yo por mi propio impulso un camino paralelo al suyo.
La crítica del juicio y Goethe
«La fórmula que Kant ha querido dar con su imperativo categórico es demasiado severa, ello no le hace perder el mérito de habernos arrancado de la molicie en la que nos hallábamos entonces».

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