El hombre que nunca vivió y que nunca morirá
El caso de Sherlock Holmes, como ya hemos visto, es contrario al de Cyrano de Bergerac. No se trata de una persona real que se convierte en personaje de ficción, sino de un personaje de ficción que casi deviene en persona real: «existe la creencia, mantenida durante años por miles de personas, de que se trata de un ser humano real», dice el psicólogo Haycraft. 1Haycraft citado por Marcello Truzzi en “Sherlock Holmes: experto en psicología social aplicada” (El signo de los tres).
Esa creencia se remonta a la época en la que se publicaron por primera vez los relatos del detective, porque ya entonces en las oficinas de correos se recibían cartas dirigidas a «Mr. Sherlock Holmes, 221-B Baker Street, London», una dirección que, como ya sabemos, ni siquiera existía.
Cuando en 1904 Conan Doyle anunció que su personaje se retiraba para vivir como apicultor en una granja, se recibieron dos ofertas de empleo para Holmes e incluso varias mujeres se ofrecieron para convertirse en esposa del imaginario detective.2Marcello Truzzi en “Sherlock Holmes: experto en psicología social aplicada” (El signo de los tres).
Conan Doyle había logrado algo que está al alcance de muy pocos narradores, aquello que Stendhal llamaba la «ilusión perfecta»: crear un instante de verdad en medio de la ficción. Pero, en el caso de Holmes, no se trataba tan solo de un instante de realidad en un momento concreto de un cuento o una novela, sino de la creación de un personaje que con el paso del tiempo cada vez parecería más histórico y menos ficticio. La ficción había traspasado lo verosímil para alcanzar casi lo verdadero.
Todavía en 1984 se recibió en el periódico londinense The Times la carta de un lector que decía sentirse incómodo ante la mención extremadamente exagerada al «difunto» señor Holmes:
«Puesto que nunca ha sido ratificada en sus columnas necrológicas la muerte del señor Sherlock Holmes, confío en que pedirá usted a su excelente editor jefe que no difunda en el futuro semejantes rumores injustificados sobre la pérdida de uno de los más grandes hombres de Inglaterra». 3 Michael Shepherd, Sherlock Holmes y el caso del doctor Freud.
Continúa en El extraño caso de Arthur Conan Doyle
Publicado originalmente en Diletante, 6 de junio de 2015
La vida secreta de Sherlock Holmes
Carlos García Gual ha dicho de No tan elemental. Cómo ser Sherlock Holmes:
“Es una mis mejores lecturas de ensayos literarios en mucho tiempo, tanto por su originalidad como por su estilo. Y sobre un tema para mí fascinante ya que me trae recuerdos de lecturas juveniles… Me tiene admirado su manejo de todos esos registros tan bien usados en esta trama tan erudita y esa disección tan inteligente, de fina “filología” (en el buen sentido de la palabra)… Creo que el resultado final es espléndido y muy divertido”.
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No tan elemental
Cómo ser Sherlock Holmes.
Daniel Tubau