[email protected]

Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau

Galería

Búscame en Class Paper
Un menú epicúreo
Últimas conclusiones acerca de Tucídides|| 35
Sócrates y los filósofos discutidores
Algunas opiniones acerca de Tucídides y la guerra entre Esparta y Atenas || 34
Sacro y profano CUADERNO DE VENECIA
¿Inventó Coca-Cola la felicidad?
El buenánimo de Demócrito y los peligros de la envidia
Es más fácil ver que escuchar

No hay una única receta para la felicidad, pero sí recetas felices

El festín de los dioses, de Giovanni Bellini

La primera premisa de Siete maneras de alcanzar la felicidad es que «no existe una fórmula mágica, una única receta para la felicidad». Pero sí existen unas cuantas recetas felices, sabrosas, bien condimentadas.

En el libro aparecen por lo menos siete (o nueve más bien), así que alguien se puede preguntar si no son demasiadas:

La respuesta es que siete son muy pocas. Existen miles o millones de maneras de ser feliz, tal vez una para cada persona.

Según el último cálculo, que la periodista Isabel Vilches se ha tomado la molestia de verificar (porque yo dije al azar 7000 u 8000 millones), existen 8200 millones de maneras de ser feliz.

EXPANSIÓN. Siete maneras de ser feliz según Aristóteles o Demócrito. ISABEL VILCHES. 25 JUN. 2025 – 00:38

Pero, como dije en el libro, podrían ser incluso más:

Quizá varias para la misma persona en cada momento
de su vida.

Precisamente en estos días lo ha dicho Julia Roberts:

Y es sin duda cierto. Lo que nos hacía feliz a los quince años nos resulta indiferente a los veinticinco, y tal vez a los cuarenta descubrimos un nuevo tipo de placeres y de felicidad.

Por lo tanto, existe un número casi incalculable de manera de ser feliz, aunque también existen grandes paradigmas o maneras de acercarse a la felicidad. En mi libro me he limitado a nueve, que enumeré en una de las primeras páginas, echando mano de la metáfora gastronómica:

En definitiva, no existe una única receta para ser feliz,
sino al menos ocho, con ingredientes muy diversos.

Desde el dulzor suave del epicureísmo a lo amargo del estoicismo, lo ácido del cinismo, el picante efímero de Aristipo, el agridulce con el que nos desconcierta el escéptico, el indefinible umami de Sócrates y Platón, el guiso equilibrado de Aristóteles, donde ningún sabor desentona, y, en fin, la síntesis armoniosa de Demócrito.

Aunque entonces agrupé la receta socrática con la platónica, podríamos dejar el inclasificable umami para Sócrates, ya que es difícil conocer los verdaderos ingredientes de esta receta, puesto que quienes la conocieron acabaron proponiendo platos de sabores muy diferentes: cínicos, platónicos, cirenaicos…

Y, por otra parte, podríamos considerar que la receta platónica es un aperitivo sabroso e incitante que deja con ganas de más y despierta el apetito, puesto que la felicidad plena, nos dice Platón, no se puede alcanzar en esta vida.

En próximas entradas seguiré con la metáfora gastronómica, aunque para conocer mejor los ingredientes sin duda es muy recomendable leer Siete maneras de alcanzar la felicidad… según los griegos.

(Y de la segunda premisa del libro, hablaré en otro momento)


La filosofía antigua como guía para despertar tu buen demonio y vivir en plenitud.

Hoy, perseguir la felicidad se ha convertido en una auténtica obsesión. Tan usada está la palabra que muchos la consideran vacía. Frente a la avalancha de libros que ofrecen fórmulas rápidas para sentirse bien, otros reivindican la virtud, la justicia o los principios morales. Sin embargo, los filósofos griegos y romanos ―aunque en desacuerdo en casi todo― coincidían en algo esencial: el propósito de la vida es despertar y aprender a guiar al daimon interior, ese impulso profundo hacia su plenitud. Este libro recorre siete caminos propuestos por las grandes escuelas de la Antigüedad: el platonismo y su sabiduría trascendental, el epicureísmo con sus placeres serenos, el aristotelismo y su ideal de equilibrio, el estoicismo como vía de transformación, el hedonismo que celebra el gozo, el escepticismo que cultiva la duda y el materialismo de Demócrito, centrado en el buen ánimo. Una invitación a pensar con los clásicos y redescubrir el arte de una vida lograda. COMPRAR


Búscame en Class Paper

Búscame en Class Paper

En el número de verano de ClassPaper puedes leer una extraordinaria entrevista que me ha hecho Elena Pita en Barcelona. Las fotografías son de Luis Malibrán.

Un menú epicúreo

Un menú epicúreo

En contra de la imagen de los epicúreos difundida en la antigüedad, en especial por los estoicos, retratándolos como viciosos glotones, Epicuro disfrutaba de placeres sencillos y es muy conocida aquella petición que le hace a un amigo: «Envíame un…

Sócrates y los filósofos discutidores

Sócrates y los filósofos discutidores

la idea que tenía cada uno de ellos de la felicidad no siempre coincidía y por eso se llama «Siete maneras de alcanzar la felicidad», porque no hay una receta única. Digamos que lo que sí hay son muy buenas…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

No hay una única receta para la felicidad, pero sí recetas felices