El extraño caso de Arthur Conan Doyle

En los capítulos anteriores hemos podido observar la curiosa insistencia en olvidarse de Arthur Conan Doyle cuando se habla de Sherlock Holmes, algo a lo que son (o somos) aficionados todos los holmesianos.  Esa tendencia a ningunear al autor para favorecer a su criatura ha llamado la atención de otros expertos holmesianos como Marcello Truzzi: «Es sorprendente que haya sido Holmes, y no Conan Doyle, quien haya despertado tanto interés».

circa 1900: British writer Sir Arthur Conan Doyle (1859 - 1930), creator of Sherlock Holmes. Doyle studied medicine at Edinburgh University and practised as a physician during the 2nd Boer War. He started publishing short stories in 1879 while working as a doctor in Southsea. The Sherlock Holmes stories were serialised in 'The Strand' magazine and proved so popular that Doyle felt pressurized to revive the character after the detective had plunged to his death over a waterfall. (Photo by London Stereoscopic Company/Getty Images)
Arthur Conan Doyle en una imagen muy watsoniana, en concreto de la época preHolmes (Photo by London Stereoscopic Company/Getty Images)

Sin embargo, quizá no sea tan extraordinario que, al hablar de un personaje, nos olvidemos de su autor. Cuando nos referimos a Don Quijote, muchas veces lo hacemos sin ni siquiera aludir a Cervantes; cuando hablamos de Hamlet, Otelo, Romeo y Julieta o Shylock podemos hacerlo sin mencionar a Shakespeare.

Es sorprendente que haya sido Holmes, y no Conan Doyle, quien haya despertado tanto interés. Clic para tuitear

Lo cierto es que podemos acercarnos a los personajes literarios de dos maneras muy diferentes: en algunos casos, siempre tenemos presente al autor, mientras que en otros nos olvidamos enseguida de él. Es raro oír hablar de un personaje creado por Borges sin mencionar una y otra vez a Borges, o de las extrañas criaturas de Lovecraft sin tener presente en todo momento a Lovecraft, pero casi nadie se acuerda del nombre del creador del Zorro, y muchos confunden a los autores de Pulgarcito con los de El soldadito de plomo o Blancanieves.

En ciertos casos, un autor está presente en su obra o sus personajes, a la manera de Lovecraft y Borges, pero en otros está ausente, a la manera de Johnston McCulley (creador del Zorro).

El gato con botas (de Perrault) por Gustave Doré
El gato con botas (de Perrault) por Gustave Doré

Para los lectores que no lo tengan claro: Pulgarcito es un cuento de los hermanos Grimm, El gato con botas, de Charles Perrault,  El soldadito de plomo de Hans Christian Andersen, aunque muchos de estos cuentos eran tradicionales, como El gato con botas, que ya fue contado por Basile en Cagliuso.

Continúa en Auguste Dupin según Conan Doyle (y Sherlock)

Anterior: Sherlock Holmes no está enterrado en Spoon River


La vida secreta de Sherlock Holmes

Esta vida secreta de Sherlock Holmes y Arthur Conan Doyle son capítulos inéditos del libro u003cemu003eNo tan elemental (cómo ser Sherlock Holmes)u003c/emu003e, que finalmente decidí no incluir, pero es una aventura sin duda digna de contarse.
El truco más difícil de Houdini
«Sir Arthur cree que tengo grandes poderes de médium y que algunas de mis hazañas las hago con la ayuda de los espíritus». Harry Houdini
Sherlock Holmes contra Cyrano de Bergerac
El primer misterio relacionado con la figura de Sherlock Holmes es el de su existencia.
El hombre que nunca vivió y que nunca morirá
«Puesto que nunca ha sido ratificada en sus columnas necrológicas la muerte del señor Sherlock Holmes, confío en que pedirá usted a su excelente editor jefe que no difunda en el futuro semejantes rumores injustificados sobre la pérdida de uno de los más grandes hombres de Inglaterra»
Sherlock Holmes no está enterrado en Spoon River
«Desde el punto de vista de la ficción, es cierto que Sherlock Holmes vivía en Baker Street y, desde el punto de vista de la ficción, es falso que viviera en las orillas del río Spoon».
carlos-garcc3ada-gual

Carlos García Gual ha dicho de No tan elemental. Cómo ser Sherlock Holmes:
Es una mis mejores lecturas  de ensayos literarios en mucho tiempo, tanto por su originalidad como por su estilo. Y sobre un tema  para mí fascinante ya que me trae recuerdos de lecturas juveniles… Me tiene admirado su manejo de todos esos registros tan bien usados en esta trama tan erudita y esa disección tan inteligente, de fina “filología” (en el buen sentido de la palabra)… Creo que el resultado final es espléndido y muy divertido”.