Un interludio absolutamente inevitable en el viaje de Natalia y Ailatan en busca del tiempo [1987]6. Una charla casual y causal acerca del libre albedrío
(Continúa desde: Un nuevo encuentro, Un argumento determinista, Un argumento cuántico, Un argumento existencial, Más argumentos)
Natalia
Bueno, olvidemos a Gaunilo y a la Física cuántica, olvidemos el tiempo y las predicciones públicas, y supongamos que existe el demonio de Laplace. Eso significa que no existe el libre albedrío, puesto que todas las acciones están determinadas. Pues, si no estuviesen determinadas, el demonio no podría conocerlas por anticipado.
Ailatan
Pues sí, creo que es evidente que el libre albedrío no existe.
Yehuda Ha Levi
!En absoluto! Vosotras habláis de un demonio que conoce todo. Yo hablo de Dios. Dios conoce todo lo que ha sido, lo que es y lo que será, pero eso no impide que el hombre posea libre albedrío1Yehuda Ha Levi es un gran pensador judío de Tudela, que vivió tal vez entre el 1075 y el 1161. Opinaba que no había contradicción entre el libre albedrío y la presciencia divina (que Dios conozca lo que va a suceder), ya que el conocimiento por parte de Dios de nuestros actos no es la causa de ellos. El mundo, una vez creado por Dios, se desarrolla merced a su propia mecánica interna, lo que no impide que Dios sepa a dónde va a conducir este desarrollo.
Natalia
Pero si Dios sabe lo que vamos a hacer mañana, nosotros no podemos decidir, mañana hacer esto o lo otro.
Yehuda Ha Levi
Sí podemos. Y lo hacemos. Pues el conocimiento por parte de Dios de todos nuestros actos futuros NO ES LA CAUSA DE LOS MISMOS. Dios creó el mundo y después lo dejó actuar según su propia mecánica interna.
Ailatan
Dicho de otro modo: Dios es el relojero y el universo es su reloj. Él sólo se limita a darle cuerda2Una de las polémicas en torno a Dios y la creación es si Dios es una especie de relojero que pone en marcha el reloj del universo, o si Dios actúa de manera directa y esencial en la marcha del mundo. Leibniz y Newton polemizaron acerca de este asunto, en lo que se conoce como la polémica Leibniz-Clarke (Clarke defendía la postura de Newton). El contraste entre determinismo e indeterminismo se suele ilustrar también con la imagen del reloj opuesta a la de la nube: el comportamiento de un reloj es predecible, el de una nube no.
Natalia
Sí, pero Dios ha fabricado ese reloj, luego Él ha determinado cómo se habrá de mover su maquinaria. De un modo u otro, no hay lugar en ese universo para el libre albedrío, para la libertad.
Ailatan
Entonces reconoces que tengo razón, que es difícil defender el indeterminismo.
Natalia
No, sólo reconozco que es imposible demostrar una cosa u otra. Incluso si tú cambiases de opinión y aceptaras que existe la posibilidad de elegir, ello no significaría que el determinismo es falso: podría estar determinado que tú cambiases de opinión. Del mismo modo, el que yo cambie o no de opinión no es un mérito tuyo.3Estos argumentos de Natalia y la discusión que da inicio a esta felicitación recuerdan mucho el extraordinario Jacques el Fatalista, de Diderot, que yo no había leído entonces (lo leí en 1993) Es una contradicción ser determinista y hacer proselitismo.
Ailatan
¿Qué quieres decir?
Natalia
Quiero decir que es un acto autocontradictorio.
Bertrand Russell
En efecto, es un proselitismo igual de absurdo que el de los solipsistas, es decir, aquellos que creen que todo el mundo exterior, incluido el resto de la humanidad, es un producto de su propia mente.
Ailatan
¿Por qué es absurdo?
Russell
Porque si los demás son un producto de tu imaginación, no existen. Y es una tontería intentar convencer a alguien que no existe de que no existe4Russell cuenta que en una ocasión una mujer le mandó una carta diciendo que ella era solipsista (que creía que sólo existía ella misma) y que no entendía cómo esta idea no tenía más adeptos.
Ailatan
Me parece que estás anticipando el tema de la felicitación de 1990, así que te ruego que nos dejes seguir con nuestra conversación5En efecto, el tema del solipsismo se trata extensamente en al felicitación de 1990, que, aunque pueda no parecerlo, fue escrita después de esta frase que la prevé.
Chesterton6Chesterton es un genial escritor inglés, famoso por su cuentos detectivescos del Padre Brown y por su fascinante novela El hombre que fue Jueves.
Ese es un ruego absurdo, viniendo de un determinista. Es lo mismo que si un determinista da las gracias a alguien por pasarle la mostaza, puesto que, por qué elogiarle por pasar la mostaza si no podría culparle en caso de no haberlo hecho?
Russsell
Exacto. Si alguien cree, como Yehuda ha Levi, o muchos creyentes de otras religiones, que el futuro está contenido en el pasado y no se puede cambiar, no puede reprochar nada a los pecadores, ni intentar redimirlos.
Chesterton
De la misma manera, es absurdo el esfuerzo de los historicistas por intentar convencer al resto de la humanidad para que haga la revolución: si las leyes de la historia determinan que algo sucederá, nada podrá evitar que suceda7Es conocida la paradoja del marxismo, que por un lado dice que las épocas sociales están determinadas por una especie de ente metafísico llamado Historia y, por otro lado, intenta cambiar la realidad actual (recuerda la teoría de Yehuda Ha levi: que el historiador marxista conozca lo que va a suceder no es la causa de que eso suceda). Este problema ha provocado la célebre distinción entre dos clases de marxismo: el crítico y el científico. Marx personalmente se movería entre uno y otro a lo largo de su vida.
Marx (Karl)
No, pero la clase revolucionaria puede contribuir a acelerar la llegada de esa fase histórica inevitable8Esta es una de las ideas del materialismo histórico de Marx.
Paul Lafargue9Paul Lafargue era el cuñado de Marx. Aunque compartía sus ideas, al parecer no acababa de gustarle la obsesión marxista por el trabajo; él pensaba que la verdadera liberación del hombre no consistía en la redención por el trabajo, sino en el disfrute del ocio.
Pero, pertenecer a una clase u otra está determinado por el nacimiento, y las ideas de una persona, dices tú, están determinadas por la educación de clase; no entiendo entonces por qué atacas las ideas de tu propia clase[/ref]También es notable esta contradicción entre las ideas de Marx (y de Engels) y su teoría de que las ideas de las personas están determinadas por la clase social a la que pertenecen. Naturalmente, ello es compatible con un determinismo blando, pero no con uno estricto.[/ref]
Marx
Bueno, la clase…
Natalia
!No quiero oír más argumentos! Esto no es un sueño, es una pesadilla!
Continúa en Las últimas razones y la razón última
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El azar y la necesidad