Una estancia en Moralia [1991] 4. Llegan más moralistas…

En capítulos anteriores (1 y 2), Natalia y Arlequín emprendieron la búsqueda de Moralia, debido a que Natalia había soñado que se veía a sí misma en un acantilado y no se ayudaba. Tras caer por un agujero, llegaron a Moralia (3), donde encuentran a un verdugo moralista, a Kant, a Jesucristo y a Confucio. El verdugo, que es masoquista y kantiano, está aplicando la regla «Haz a los demás lo que desearías que te hicieran a ti»…

…llegan más moralistas

Se acerca otro hombre, que viste una túnica verde.

mozi3Mo Di
Ese es el problema de aplicar preceptos morales equivocados. Escuchad lo que dice mi doctrina del Amor Universal: “Tienes que tratar a los demás como si fuera tu propia familia» [ref]No he encontrado esta enunciación  del principio del Amor Universal expresada de manera explícita en el libro de Mo Di, ni en la Historia de la Filosofía China de Fung Yu Lang, pero, aunque no se exprese tan claramente, está implícita en pasajes como éste: “Todo el universo es mi familia”, así como en la acusación de Mencio (confuciano) de que el amor universal destruía la piedad filial al proponer un amor igualitario: habría que amar a nuestro padre como amamos a un extraño. En la introducción al libro de Mo Di, Fernando Mateos aclara que Mo Di “no enseñó que debemos amar a los padres propios como amamos a los extraños, sino viceversa, amando a los otros como amamos a los nuestros y que nuestro amor familiar se extienda a todo el mundo.”[/ref]».

Confucio
¡Calla! [ref]Aunque Confucio casi con absoluta seguridad no pudo conocer a Mo Di, este si conoció las ideas de Confucio y escribió contra ellas explícitamente: uno de sus escritos se titula “Anticonfucianismo”. La rivalidad entre moístas y confucionistas era muy grande y las doctrinas de Mo Di llegaron a ser tan populares como las de Confucio. De ahí que Confucio muestre una cierta animadversión, que le hace perder los buenos modales, al hablar con Mo Di[/ref] ¿Es que no sabes que el verdugo es masoquista porque un amigo de su padre decidió aplicar tus preceptos?

Jesucristo
(A Natalia y Arlequín) Así es: el amigo del padre del verdugo era sádico y no sólo pegaba a su propia familia, sino que, como era partidario del Amor Universal de Mo Di, torturaba del mismo modo al todo los vecinos.

Confucio
El pobre verdugo, torturado desde pequeño por el amigo de su padre, desarrolló desde la infancia un gusto perverso y desmesurado hacia los golpes. Ser pegado, y además ser pegado por Amor Universal, fue una experiencia que determinó no sólo su masoquismo, sino también su afán proselitista.

Kant
Pero si ese amigo de su padre era sádico, entonces, cuando pegaba a los demás, hacía lo que realmente le gustaba a él, así que habría que preguntarse si realmente era un partidario de Mo Di o si solo decía seguir la doctrina del amor universal para justificarse. No sabemos si era un individuo moral por gusto, por necesidad o por sentido del deber.

Confucio
Eso es cierto, pero en el caso del verdugo si sabemos que hace lo que hace por sentido del deber, para hacer a los demás lo que desea para sí mismo, pues él no es sadomasoquista, sino sólo masoquista. Aplicar estas torturas a los demás representa un gran sacrificio para él: a él le gusta sufrir, pero no causar sufrimiento.

Jesucristo
Con lo que aplica otro de tus preceptos, que también es de Inmanuel; hay que querer el bien por el bien mismo [ref]Confucio o los confucionistas, explica Fung Yu Lang, defendieron la idea de “hacer por nada”. Hacemos lo que debemos hacer simplemente porque es moralmente justo hacerlo, y no por alguna consideración externa a esa compulsión moral. Frente a esta idea, los taoístas propusieron la de “hacer nada”. Inmanuel Kant también sostenía que la única razón de la acción moral es la misma acción, al margen de cualquier otro resultado, como el éxito de la misma, por ejemplo. Sólo existe valor moral para Kant, explica Russell, cuando un hombre actúa por sentimiento del deber; no es suficiente que el acto se realice tal como el deber pudiera haberlo prescrito. [/ref].

kant

Kant
Sí… Es cierto (rompe a llorar) Mi error… fue no pensar que mis preceptos sólo eran aplicables a alguien que pensara como yo en el resto de las cosas [ref] Este reproche, que también se hacía hace un momento a sí mismo Confucio, me parece muy adecuado: los moralistas que además tienen buenos sentimientos (lo que yo considero buenos sentimientos, claro) formulan leyes que, aplicándolas ellos, con sus buenos sentimientos, producen hermosos resultados; pero esas mismas leyes, aplicadas por otros moralistas con malos sentimientos (lo que yo considero malos sentimientos, que para ellos serían buenos sentimientos) producen resultados lamentables. Pero no quiero quitarles los argumentos a mis personajes, así que no sigo por esa línea.[/ref]. Pero, ahora, lo mejor será que os vayáis, pues el verdugo está terminando ya su tarea moral.

Lao Tzu Bronze

En ese momento se detiene junto a ellos un carro de heno arrastrado por un buey. Sobre el buey va sentado un anciano.

Anciano
(A Confucio) Maestro Kung [ref] Confucio se llamaba Kung Tse o Kung Zi o Kung Tzi, que quiere decir más o menos Maestro Kung. No es fácil elegir entre las diversas posibilidades de traducción de los nombres chinos. En el caso de Confucio y Mencio resulta casi imposible utilizar sus nombres latinizados. En el caso de Mo Di, quizás debería escribir Mo Zi o Mo Tzi (Maestro Mo), aunque el se llamaba Mo Di (pronunciado Mo Ti). Enseguida se verá otro ejemplo.[/ref], ¡Cuánto tiempo desde nuestro último encuentro y qué poco hemos cambiado los dos! [ref]Más adelante se explicará todo este diálogo.[/ref]

 Confucio
Así es, Maestro Lao. ¿Nos permitís subir a vuestro carro?

Anciano
Sabía que eso sucedería tarde o temprano [ref] Supongo que será innecesario señalar el doble sentido de esta frase, así que lo haré de la elegante manera anterior. [/ref]. Subid, hay sitio para todos.

Todos suben al carro de heno. Lao Zi acaricia al buey, que tira suavemente del carro, alejándose del lugar de tortura.

Confucio
Queridos amigos, permitan que les presente a mi viejo amigo y rival: Lao Zi, el Maestro Lao.

Arlequín
¿Éste es el mismo que Lao Tse?

Natalia
Creo que sí. Perdone, ¿usted es el autor del Tao Te King, ¿verdad?

Lao Zi
La respuesta a lo que quieres saber es “Sí”. La respuesta a tu pregunta es: “Quizás sí, quizás no» [ref]  Natalia no está realmente interesada en saber si Lao Zi es el verdadero autor del libro del Tao, tampoco le interesa si ése es el título correcto del libro, o cosas semejantes. Lo que Natalia quiere saber es si Lao Zi es la misma persona que esa otra llamada Lao tse, a la que se asocia con el Tao Te King. Así que la respuesta al interés de Natalia es “sí”. Para la pregunta literal de Natalia, las respuestas pueden ser muchas: ni está claro que Lao Zi (o Lao Tse) escribiera el Tao Te King, ni que deba llamarse así al libro, pero Lao Zi parece referirse más a la primera incertidumbre: si él es o no el autor de ese libro. En cuanto a la conversación entre Confucio y Lao Zi, antes de que éste sea presentado, señalaré varias fruslerías y juegos tontos que me he permitido. Como dije en otra nota, Lao Zi, llama a Confucio a la manera China: Maestro Kung (Kung Zi), y a su vez Confucio traduce completo el nombre de Lao Zi al llamarle “viejo maestro” (que he puesto en minúscula para que no se notara); el encuentro entre ambos, que era una historia tradicional es actualmente puesto en duda por los expertos, que no sólo han convertido a Confucio en más viejo que Lao Zi (anterior a él), sino que además dudan de que siquiera pudieran llegar a conocerse, pues Confucio habría muerto antes de que naciera Lao Zi. Como ya se ha dicho una y otra vez, Lao tse y Lao Zi designan al mismo personaje.[/ref]”.

Natalia y Arlequín se quedan con cara de duda.

Confucio
Dime, querido amigo. Te perdí de vista camino de la India, qué pasó después [ref] Según la leyenda, la última vez en que Lao zi fue visto fue a lomos de un buey (el mismo de esta felicitación, sin duda) camino de la India. Lo del carro de heno lo añadí pensando en la célebre pintura de El Bosco.[/ref].

Lao Zi
Bueno, llegué a la India a tiempo de conocer a un tal Siddharta Gautama, también llamado Sakyamuni, también llamado el Despierto o el Iluminado, también llamado Buda. Un hombre estupendo. Hablamos de muchas cosas [ref]

Buda, Lao zi y Confucio
Buda, Lao zi y Confucio

Todos los nombres que menciona Lao Zi se pueden emplear para hablar del fundador del budismo. Debido al cambio de fechas en lo que se refiere Lao Zi, es posible que éste otro encuentro entre dos sabios (que yo sepa sólo mencionado por el autor que escribe esta frase) resulta muy improbable. En cualquier caso, lo que resulta muy interesante es que parece insinuarse que Lao Zi pudo influir en Buda, con lo que se daría la vuelta a la versión aceptada que dice que el budismo llegó a China y allí, en cierta fusión con ideas taoístas, dio origen al “‚Ch’ang, que después, al pasar a Japón, se convertiría en el hoy famosísimo Zen.[/ref].

Jesucristo
¡Cristo! ¿No querrás decir que llegaron a conocerse tres de los más grandes sabios de la humanidad?

Lao Zi
No, no era eso lo que quería decir, pero no olvides a Mahavira, al que también podría haber conocido [ref]Mahavira es, si no el fundador, sí el más importante representante y maestro tradicional del jainismo. Como era contemporáneo de Buda, si Lao Zi conoció a Buda, bien pudo haber conocido a Mahavira. Como sucedió páginas atrás, Lao Zi responde con sencillez y de manera aparentemente paradójica a lo que ha dicho Jesucristo: el no quería decir lo que Jesucristo, de manera retórica, parece atribuirle, él simplemente dijo que había conocido a Buda.[/ref]. Oh, perdón.

Jesucristo
Da igual, pero,¡qué lástima haber nacido tan lejos y tan tarde!

Arlequín
Claro, en su época ya no había nada nuevo que decir [ref] Muchas de las doctrinas atribuidas a Jesucristo pueden encontrarse en pensadores de India y China, particularmente en el budismo.[/ref].

Lao Zi
Creo que nuestro amigo Jeshua no pensaba en eso [ref] Jeshua parece que es una traducción más correcta que Jesús. De este modo, Lao Zi intenta hacerse perdonar su ligera falta de educación, de la que es perfectamente consciente (¿Tú también, lo advertiste, lector?), porque ya se disculpó antes (la disculpa de Lao zi se debe a que no incluyó al propio Jesucristo entre los sabios de la humanidad) [/ref]. Pero no me gusta hablar acerca de lo que piensan los demás, pues podrían regañarme mi querido Zhuang [ref]Hay un cuento taoísta, que no sé si se puede atribuir a Zhuang Zi (un taoísta ): “Dos sabios se encontraban en un puente contemplando el fluir de las aguas bajo sus pies. Uno dijo: “Desearía ser pez; los peces son muy felices”. El otro replicó: “¿Cómo sabes si los peces son felices o no. Tú no eres pez”. Y entonces el primero dijo: “Tampoco tú eres yo, así que, ¿cómo puedes saber si yo sé o no sé cómo se sienten los peces?”. 2014: se trata, efectivamente de una historia que aparece en el Zhuang zi, que por aquel entonces yo empezaba a leer. Puedes leer mis comentarios al Zhuang zi aquí.[/ref]

Continúa en «¿Alguien más se une al grupo?.

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[Esta felicitación tiene notas, añadidas en 1997. Puedes verlas haciendo clic en las notas.  También puedes leer el texto completo de principio a fin -mucho más recomendable.-y después las notas, que también aparecen  situadas al final del texto. Hay vínculos para saltar en un instante desde el número a la nota correspondiente, y a la inversa]

 

nataliaTubau-cabecera

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