Lo nuestro es libre, lo ajeno es esclavo
DAVID FELIPE ARRANZ: Dice nuestro siguiente invitado que en los últimos años hemos escuchado infinidad de veces que el estoicismo es una filosofía de emperadores y esclavos. El emperador es Marco Aurelio, por supuesto, y el esclavo Epicteto, que se convirtió en maestro estoico y mentor del primero, y que recogió en el manual sus enseñanzas esenciales. Dicha obra, también conocida como Enquiridión o Discursos de Epicteto, es la joya del estoicismo. Su título ya era de por sí elocuente, pues significa lo que se puede tener en la mano. Sin duda, una guía práctica y accesible. Y el autor de este texto, Daniel Tubau, nos ofrece en el volumen Manual Estoico de Vida, una guía definitiva, él dice, ahora nos lo va a contar, para alcanzar la serenidad. Y ha venido a contagiarnos su serenidad al marcapáginas, él que su nombre es sereno y sosegado, Daniel Tubau, bienvenido.
DANIEL TUBAU: Hola, buenas tardes, muchas gracias.
DAVID: O sea que en estos tiempos del cortocircuito digital, de la sinapsis neuronal acelerada progresivamente por las grandes corporaciones de la tecnología, ¿puede uno alcanzar la serenidad?
DANIEL: Yo creo que sí, lo que pasa es que requiere cierto esfuerzo. Este manual tampoco es una fórmula mágica que de pronto ya lo consigues, sino que una de las normas que da Epicteto es el trabajo diario.
DAVID: Recuperar a Epicteto no es tarea baladí, bueno, Quevedo ya lo hizo en su momento, ¿verdad?
DANIEL: Sí, en verso, además. En verso. En verso y muy bien recuperado, además. Muy bien adaptado al verso.
DAVID: ¿Se conoce hoy en día realmente cómo era el pensamiento estoico o se ha mitificado, se ha deformado? ¿Cuál es la quinta esencia del estoicismo?
DANIEL: Es una filosofía muy muy compleja de la antigüedad de la que conocemos su última parte, porque en realidad empezó en Grecia con un pensador que se llamaba Zenón de Citio, que era discípulo de un cínico, con lo cual el estoicismo viene de los cínicos. De todo ese primer estoicismo, de Crisipo, por ejemplo, o de Cleantes y otros autores, casi no sabemos nada, casi no se conserva nada. Conservamos los más tardíos que son Marco Aurelio, Seneca y Epicteto, por ejemplo, ¿no? O Musonio Rufo que fue maestro de Epicteto. El libro que conocemos como Manual estoico suyo, en realidad no lo escribió él, lo escribió su discípulo Flavio Arriano, lo cual es bastante interesante porque escribió este libro y otro que se llama Disertaciones, donde Epicteto habla muchísimo más y de manera mucho más vehemente, y además maltrata un poco a sus alumnos y dice cosas que sorprenderían en el Manual. Y entonces, bueno, podemos conocerlo en la medida en que su discípulo, Flavio Arriano nos lo ha contado. Suponemos que fue bastante fiel.
DAVID: En este caso, aparte de ser un magnífico libro de historia de la filosofía y una reinterpretación por parte de Daniel Tubau y sobre todo una actualización y buscando siempre, querido amigo, como tú haces en todos tus magníficos libros una aplicación práctica. Y esta filosofía que está en las aulas en los encerados y en los manuales demuestra una vez más que llevada a la vida cotidiana puede dar excelentes resultados.
DANIEL: Sí yo creo que puede dar muy buenos resultados, en primer lugar porque es una filosofía que, como dije antes, requiere esfuerzo pero lo que no requiere son aparatos, dinero, todo este tipo de cosas no lo requiere. O sea que lo puede hacer uno mismo porque la esencia de la filosofía estoica consiste en que todo depende de ti mismo. Hay cosas que dependen de ti y cosas que no dependen de ti. Las cosas que no dependen de nosotros no nos deberían preocupar y deberíamos ser indiferentes completamente a ellas y sólo preocuparnos por las cosas que sí dependen de nosotros que son fundamentalmente nuestras opiniones, nuestros juicios acerca de las otras cosas, o acerca de lo que es la virtud.
DAVID: Entre varios consejos que Daniel Tubau por boca de Epicteto recomienda a nuestros lectores hay uno: “Si distingues lo tuyo de lo ajeno, nada ni nadie te podrá perjudicar”, otro: “Establece tus prioridades y aprende a renunciar a las cosas que no dependen de ti”, “No te preocupes por lo que no depende de ti, eres dueño de tus deseos y aversiones sólo en lo que depende de ti”, “Aplica la aversión a lo que es contrario a la naturaleza”. Y hay una muy buena: “En todo lo que no depende de ti acepta lo inevitable.” Esta es yo creo una de las grandes.
DANIEL: Sí, y esta la explica con buenos ejemplos, uno de ellos es el de si tú vas a una fiesta, si vas a un banquete, tienes que saber que hay ciertas cosas que no puedes evitar: no puedes evitar que alguien te empuje, que alguien te tire una copa encima, que griten, que te insulten, que pase cualquier cosa.
DAVID: Y cada vez más.
DANIEL: Exactamente. Pero lo que sí que puedes evitar es alterarte ante esas cosas. Igual que no puedes evitar que llueva o no llueva, pero sí puedes evitar alterarte ante la lluvia, ¿no?
DAVID: Daniel Tubau, entre otros pensamientos, recoge también este: “Imagina lo que puede suceder y disponte a conservar tu buen ánimo”. Es algo lo del buen ánimo que antes sí que se apreciaba y se recomendaba y se comentaba pero que ha desaparecido de la opinión pública: las gentes de buen ánimo, “oye, ponte de buena disposición”, no tiene buen ánimo ya nadie, nadie lo recomienda.
DANIEL: Si, parece que no se considera una virtud ahora el buen ánimo. Además, fíjate, no es una opinión que pertenezca sólo a los estoicos. Podemos retroceder hasta Demócrito, el creador del atomismo, su filosofía era el buen ánimo. Un estado de ánimo, digamos, sereno sin grandes ambiciones pero también sin grandes frustraciones, capaz de aceptar por ejemplo, las cosas que chocan con lo que tú desearías y paciencia y buen humor, sobre todo buen humor también, eso es una de las cosas más importantes.
DAVID: Dice Epicteto: “Cuando suframos incomodidades o algo nos perturbe o nos sintamos mal, no debemos echar la culpa a los demás sino a nosotros mismos y a nuestras opiniones”. “Es propio de una persona mal instruida en la filosofía culpar a los demás de sus desdichas. Los que empiezan a educarse se culpan a sí mismos. Los filósofos ni a los demás ni a sí mismos”. Uno de los grandes fallos de las sociedades actuales es la asunción de responsabilidad que nadie jamás se echa sobre las espaldas, empezando por ahí.
DANIEL: Sí, efectivamente, parece que es una epidemia completa. Enseguida pensamos en la política, pero no va solo en la política, va en todos los terrenos, va en el trabajo, cada vez me llegan más noticias, y también lo vivo a veces, esa falta de asumir la responsabilidad en el trabajo, de no tomar, digamos, el toro por los cuernos, hacer las cosas, ser proactivo. Esto que tanto se habla de proactividad, pero en realidad hay muy poca proactividad hoy en día, a pesar de que es una de las cosas más modernas entre los jóvenes lo de ser proactivo, y se es un poco pasivo. Y cuando llegan las las desdichas o las malas noticias, nadie toma la responsabilidad por lo que no se hizo, sobre todo por lo que no se hizo, que es más importante a veces que lo que se hizo.
DAVID: Y este texto que les voy a leer la verdad es que es una patada contra todo este aparataje de apariencia y de autorreferencia, el mundo del selfie y el mundo de la atracción visual: “Si ves a una mujer hermosa o a un hombre hermoso, recuerda que dispones de tu continencia, que es un poderoso medio que oponer a la hermosura. Si tienes que emprender un trabajo penoso, recurre a la fortaleza. Si te han hecho alguna injuria, ármate con la resignación. Si te acostumbras a actuar siempre de esta manera, las apariencias nunca tendrán poder sobre ti”. Aquí ya estamos entrando en el territorio de una mente poderosa capaz de un autocontrol importante.
DANIEL: Muy importante. Epicteto, además tenía fama del mayor autocontrol seguramente que conocemos, ¿no? Porque es muy famoso que su amo, que se llama Epafrodito, que también había sido esclavo y que fue consejero de Nerón y ayudó a morir a Nerón y por eso luego fue condenado, pues resulta que el amo se divertía aplicándole una máquina de tortura en la pierna a Epicteto. Y Epicteto le decía: “Me vas a romper la pierna”, y el otro seguía y seguía jugando, y Epicteto decía: “Me vas a romper la pierna”. Y un día se la rompió, y Epicteto le dijo: “Ya te dije que me la romperías, ahora tienes un esclavo cojo”.
DAVID: Luego también tenemos algo muy relacionado con el apego que tenemos a las cosas, a la vida, a nuestros amigos y a nuestros familiares que a veces se van, es decir, a la posesión en un sentido amplio, no solamente material sino personal y Epicteto recomienda esto: ” Nunca digas que has perdido algo sino que lo has devuelto. Tu hijo ha muerto, has ido devuelto. Tu mujer ha muerto, ha ido devuelta. ¿Te han quitado la granja, bueno, eso también ha sido devuelto. No, porque el que me la robó es un sinvergüenza, dirás, ¿y a ti que te importa a través de quien te la reclamó el que antes te la dio? Mientras te lo confíe cuida de ello, como si no fuera tuyo, del mismo modo que un viajero considera la posada en la que se aloja. Todo lo que tienes es prestado”. Madre mía, madre mía.
DANIEL: Este tipo de pensamientos a veces nos parecen demasiado radicales, nos parece un cercenamiento de la sensibilidad quizá excesivo, el pensar que le tengas que repetir a tu hijo cada vez que lo saludes: “Morirás”, que es lo que Quevedo también repitió, pues tiene unos versos muy potentes con “Mmorirás, morirás, morirás”, repitiéndolo una y otra vez. Y entonces quizás esa insensibilidad estoica sea ir demasiado lejos. Esa es una opinión también mía en el ensayo que incluyo al final hablando de los pros y los contras. Creo que prescindir por completo de toda sensibilidad no creo que sea vivir una vida que merezca la pena. De cierta manera, creo que tenemos que adaptar muchas de las ideas del estoicismo, no resignación, sino aguante o saber soportar ciertos momentos difíciles, pero a mí me gusta mucho una cosa que decía William Blake, el pintor y poeta, que decía la vida está hecha de placer y de dolor y cuando aceptamos que esto es parte de la existencia podemos caminar con mucha más seguridad. Yo creo que hay que aceptar que hay momentos de dolor y hay que vivirlos, no hay por qué rechazarlos ni sentir tanta indiferencia como recomiendan los estoicos. Y después, también hay momentos de placer, porque también los estoicos parecen correr asustados ante el placer, ¿no? Un poco recordando sus orígenes cínicos y al cínico Antístenes, que decía: “Prefiero morir antes que sentir placer”.
DAVID: Daniel tengo una pregunta ya resumen de este Manual estoico de vida. ¿Cuál es el precio que tienen que pagar los seres humanos por la tranquilidad? Ese precio del que habla Epicteto
DANIEL: Yo supongo que un precio es renunciar a deseos, a ambiciones que has tenido, pero claro, eso no es pagar ningún precio en realidad, porque…
DAVID: Él dice, dice, nada se consigue gratis: “Cuando llames a tu esclavo, recuerda que quizá no esté atento a tu llamada, y que cuando lo esté, tal vez no haga las cosas como tú deseas”.
DANIEL: Tienes que acostumbrarte a que las cosas no van a ser como tú deseas que sean, ¿no? Y entonces en ese sentido tienes que aceptar que en cada circunstancia en la que te encuentres vas a tener que asumir la… yo diría la imperfección, pero los estoicos no lo aceptarían, porque los estoicos dicen que el universo es perfecto. Es decir, los estoicos… y esa es una cosa que quizá falta un poco en el Manual de Epicteto y en el propio Epicteto, es que en los estoicos decían que la metafísica era muy importante: el universo es perfecto, es un diseño universal sin tacha y, por lo tanto, todo lo que sucede está bien, así que incluso lo que nos parezca que en principio está mal y que nos perjudica, o si no conseguimos lo que deseamos en realidad está bien dentro de la visión global.
DAVID: Ya saben, ármense de paciencia, apelen a la tranquilidad, a la mesura, al sosiego, al autocontrol y a la reflexión. Con este manual estoico de vida, una guía definitiva, dice su autor, Daniel Tubau, para alcanzar la serenidad a partir de los textos de Epicteto, ediciones Rosamerón. Daniel Tubau, ha sido un placer estar aquí. Que transmitas la serenidad a todos los sientes.
DANIEL: Así espero. Un abrazo.
[La entrevista en El Marcapáginas]
ENTRADAS ESTOICAS
Faltan apenas cinco horas para que comience la presentación del Manual estoico de vida en la Librería Áurea Clásicos.
Eso no es indiferencia. Al leer a estoicos como Epicteto casi parece que lo vemos disfrutar con el dolor y el sufrimiento, pero correr asustado…
El estoicismo se ha convertido en los últimos años en una fórmula mágica que sirve para todo. Circulan vídeos en las redes en los que…