Lessing y la oferta de Dios: Matrix celestial

Busto de Lessing en los jardines de la Universidad de Barcelona

«Creo que Lessing dijo que si Dios dijera que en su mano derecha tiene la verdad y en su mano izquierda la investigación de la verdad, Lessing le pediría a Dios que abriera la mano izquierda, es decir que le diera la investigación de la verdad y no la verdad.»

Esta hermosa idea es una aceptación voluntaria de los planteamientos escépticos («Nunca podremos conocer la verdadera realidad, o al menos no podremos saber que la conocemos») y va incluso más allá: si tuviera en mi poder conocer la verdad, renunciaría a conocerla. Borges añade:

«Desde luego, porque la investigación permite infinitas hipótesis y la verdad es una sola, y no conviene a la inteligencia, pues la inteligencia necesita la curiosidad. Podemos vivir sin comprender qué es el mundo, ni quiénes somos. Lo importante es el instinto ético y el instinto intelectual también, ¿no? El instinto intelectual es el de buscar y saber que uno no va a encontrar nunca».

Como dije antes, se dice que la imagen que nos propone Lessing aparece en su Anti-Goetze, un ensayo que publicó por entregas en contra de un pastor luterano, y que no pudo completar porque le prohibieron seguir desafiando la creencia de que la Biblia contiene una verdad revelada por Dios, algo absurdo, como he visto que argumenta Lessing, puesto que los Evangelios incurren en varias contradicciones obvias. Sin embargo, no he encontrado ese pasaje en el Anti-Goetze, pero sí en un escrito relacionado con aquél, Una réplica (Eine duplik), donde dice esto en el original alemán:

«Wenn Gott in seiner Rechten alle Wahrheit, und in seiner Linken den einzigen immer regen Trieb nach Wahrheit, obschon mit dem Zusatze, mich immer und ewig zu irren, verschlossen hielte, und spräche zu mir: wähle! Ich siele ihm mit Demuth in seine Linke, und sagte: Vater gieb! die reine Wahrheit ist ja doch nur für dich allein!»

Lo que demuestra la prodigiosa memoria de Borges, pues la traducción podría ser algo parecido a esto:

«Si Dios sostuviera en su mano derecha toda la verdad, y en su mano izquierda el único impulso siempre vivo hacia la verdad, aunque con el añadido de errar por los siglos de los siglos, y me dijese: ¡Elige! Con humildad, tomaría su mano izquierda y diría: «¡Padre, concédemela!
¡La pura verdad es sólo para ti!»

Y precisamente, un poco antes de esta cita, Lessing dice con toda claridad:

“El verdadero valor de un hombre no está determinado por su posesión, supuesta o real, de la Verdad, sino por su sincero esfuerzo por llegar a la Verdad. “
Gotthold Ephraim Lessing, Eine duplik


  • Los textos de Lessing los he tomado de Gotthold Ephraim Lessing’s Sämmtliche Schriften, volumen 10. (Leipzig. G. 3. Göschen’sche Berlagshandlung, 1856).
  • La pista acerca de la frase de Lessing la encontré en la reciente lectura del magnífico libro de Bernat Castany Que nada se sabe: el escepticismo en la obra de Jorge Luis Borges.
  • Acerca de la memoria, puedes leer esta entrada en la que se cuenta la curiosa historia de uno de los primeros filósofos que puso en duda la fiabilidad de la memoria, el escéptico Lácides.

Descubre a los escépticos de Grecia y Roma.

Ariel editorial
568 páginas

Sabios ignorantes y felices: lo que los antiguos escépticos nos enseñan

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