[email protected]

Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau

Galería

Antifonte, el demócrata y el antidemócrata
Siete maneras de alcanzar la felicidad
Elisa
El (no tan) demócrata Tucídides
Zenón de Elea | ¿Existe el movimiento?
Tucídides y el culto a los grandes hombres
Las lecciones de la experiencia
Los otros escépticos de la India
Los koans del escepticismo

La muerte de Denis Diderot

Poco antes de la muerte de Diderot, se le llevó a un lecho más cómodo. Dijo: «Os molestáis por un mueble que no durará ni cuatro días». Murió, en efecto, cuatro días después, pronunciando estas palabras famosas: «El primer paso hacia la filosofía es la incredulidad». El 1 de julio de 1784, Diderot, en la mesa, se inclina para servirse una compota de cerezas; su mujer le hace una pregunta, a la que ya no responde.

«Se utiliza a los muertos para deprimir y entristecer a los vivientes.»

mortal

«Cuando sobre mi sarcófago una gran Palas desolada muestre a los viandantes con el dedo las grabadas palabras: Aquí yace un sabio, no vayáis con una risa indiscreta a desmentir a la Minerva llorosa y ajar mi memoria honrada, diciendo: Aquí yace un loco… Guardadme el secreto.»

**********

**************

Desciende por esta página como por una tumba para conocer todas las entradas mortales alojadas en esta tumba digital.

PÁGINAS MORTALES

LA GALERÍA MORTAL

LA DISCOTECA MORTAL


La danza de la muerte

La danza de la muerte

La primera danza de los muertos o danza macabra o macabea que se conoce tal vez sea el Respit de la Mort escrito por Jean Le Fèvre en 1376 que…

La muerte de Francisco de Quevedo

La muerte de Francisco de Quevedo

Ya muy enfermo, Quevedo preguntó al médico que le dijera cuánto tiempo le quedaba por vivir; el médico le dijo que tres días, a lo que el escritor replicó: “ni…

La muerte de Séneca

La muerte de Séneca

«Séneca, porque siendo ya muy viejo y teniendo el cuerpo muy enflaquecido con la larga abstinencia despedía muy lentamente la sangre, se hizo cortar también las venas de piernas y…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La muerte de Denis Diderot