Atenea y Satana: el dios “embarazado”

Establecer una comparación entre dos personajes míticos tan distantes como la Atenea griega de hace 2500 años y la Satana de las tradiciones osetas, recopiladas en el siglo XX por Georges Dumézil y otros mitólogos y estudiosos del folclore, resulta sin duda arriesgado, casi un salto en el vacío. Sin embargo, intentaré argumentar por qué creo que existen algunas semejanzas notables.

Hay que empezar por advertir que no tengo noticia de que alguien se haya atrevido a una comparación semejante. Dumézil en su libro ya clásico Escitas y Osetas nunca insinúa un posible relación entre las dos diosas, lo que casi resulta sorprendente, pues hay ciertos motivos comunes que al menos deberían llamar la atención, aunque fuera para negar su posible relación. Pero quizá Dumézil u otros si establezcan esa comparación en otros textos a los que no he tenido acceso.

Satana

No parece necesario explicar quién es Atenea, pero sí quién es Satana. Satana es una de las diosas o personajes principales de las leyendas osetas/escitas/alanas (de los famosos alanos asociados a los vándalos). Es hermana de Xaemyc y de Uryzmaeg, con quien también es madre de Ajsana.

Lo que aquí interesa es la relación entre Satana y su hermano Xaemyc.

Xaemyc, tras diversas circunstancias, contrae matrimonio con una mujer del extraño pueblo de los Bycentae. La mujer es una rana durante el día (y por ello permanece escondida de día) y humana durante la noche. En una ocasión, Xaemyc desoye el consejo de su esposa y se la lleva con él a la Asamblea. Allí, el malévolo Syrdón se burla de ella, lo que hace que la mujer decida regresar junto a su pueblo. Pero antes de irse le revela a Xaemyc que está embarazada y que le va a traspasar el germen del niño:

“De ti se ha formado en mí un germen masculino. Si hubiese podido mamar mi leche, habría sido sin rival en el mundo, la espada no le habría hecho daño, la flecha no le habría traspasado.”

La mujer Bycentae traspasa el germen al hombro de Xaemyc, al que le crece un absceso (una cavidad en la que se acumula pus). Antes de despedirse, su mujer le dice:

“Cuéntale todo a Satana y ella te dirá cómo abrir el absceso

Xaemyc se lo cuenta a Satana, y cuando se cumple el plazo, Satana abre el absceso:

“Pasa ante sus ojos un fuego rojo: es un niñito con cuerpo de acero ardiente, que brota y va a caer al mar.”

De este modo nace el héroe Batraz, uno de los principales guerreros Nartos.

 

El nacimiento de Atenea

Se puede uno preguntar, a la vista del mito anterior, qué relación puede haber entre esta Satana oseta y la Atenea griega.

No nos precipitemos ante las pequeñas semejanzas encontradas hasta ahora y apliquemos por el momento la suspensión de la incredulidad o del juicio que recomiendan los escépticos o Coleridge, porque hay que tener en cuenta que estamos comparando mitos de culturas diferentes (los griegos y los escitas) y, además, se trata de relatos separados quizá por más de 2500 años. En un trascurso de tiempo como ese es normal que se produzcan grandes mutaciones del motivo mítico original. El primero, y más evidente es tal vez la inclusión de elementos propios de los cuentos de hadas en una leyenda mitológica (me refiero a que la esposa de Xaemyc sea una rana y que el pueblo de los Bycentae esté adornado con rasgos que recuerdan a los elfos o genios del bosque).

Dicho esto, hay que recordar que Atenea nace de la cabeza de Zeus, quien tiene un terrible dolor de cabeza. No pudiendo soportarlo, Zeus pide ayuda al herrero Hefaistos, quien le abre la cabeza separándola en dos. Y del cráneo del Padre de los dioses surge Atenea, completamente armada. He de aclarar, pues, que en esta primera comparación entre Atenea y Satana, los rasgos comunes no se dan entre las dos diosas, sino entre Batraz y Atenea. Me refiero, claro está, al nacimiento de Atenea, del que hablo en La maternidad extravagante de Atenea y Satana.

Pero voy a señalar ya algunos  rasgos comunes entre las dos historias:

* El hecho de que sea un hombre, y no una mujer, el que está “embarazado” de su hijo/hija.

* El absceso o el tumor craneal es abierto y nace así la criatura.

* El ser que nace es en un caso un niño de acero (Batraz es un dios-espada) y en el otro una mujer completamente armada.

* En los dos casos, el padre es ayudado por alguien, Satana en un caso, Hefaistos en el otro.

Pero todo se hace mucho más comprensible si examinamos con más atención la razón por la que Zeus tiene el dolor de cabeza: se ha tragado a Metis.

Un dios que se traga a su esposa embarazada, frente a un dios que recibe, de una esposa que desaparece, al hijo del que está embarazada. Intento no exagerar las similitudes, pero es sabido que a menudo en las diferentes versiones de un mito lo que ha sido un asesinato se convierte en una despedida o en un accidente fortuito, aunque se conserva el hecho fundamental: el personaje desaparece de la escena de un modo u otro. La esposa desaparece en ambos casos antes del nacimiento del niño y ni siquiera lo da a luz ella.

Ahora bien, ¿por qué se traga Zeus a Metis?

Para evitar que ese hijo del que está embarazada le destrone.

Aquí entramos en el terreno fascinante de un motivo mítico que se repite al menos tres veces en la genealogía de los dioses griegos: el padre que se traga o impide nacer a sus hijos para que no lo destronen, que queda “embarazado” de ellos. Este es el caso del abuelo de Zeus, Urano, cuando impide que salgan del vientre su madre Gaia el niño Cronos y sus cinco hermanos (los Titanes). En la siguiente generación le sucederá lo mismo al propio Cronos cuando se traga a a sus hijos, a Zeus y sus cinco hermanos (los Olímpicos).

Y ya sabemos que ese “embarazo” de Cronos es finalmente abierto, como el absceso del que sale Batraz, como el cráneo de Zeus del que sale Atenea, y de él salen sus hijos, los hermanos de Zeus, también ya adultos y dispuestos para el combate, como Atenea armada, como Batraz que es hombre y espada.

A Zeus, tercer amo del universo, le esperaba un destino parecido al de su abuelo Urano y su padre Cronos: ser destronado por uno de sus hijos. Y este hijo es el que va a tener Metis, diosa de la Sabiduría, que, por cierto ya había sido tragada antes por Cronos, pues es una de las titanias, tía por tanto de su amante Zeus.

Gaia o Gea, la que fuera esposa de Urano y es madre de Metis (y abuela y madre de Zeus), advierte de lo que sucederá si el embarazo de Metis continúa: Metis dará a luz a una niña y después, si vuelve a concebir, tendrá un hijo varón que destronará a Zeus.

¿Qué decía la esposa Bycentae de Xaemyc?

“De ti se ha formado en mí un germen masculino. Si hubiese podido mamar mi leche, habría sido sin rival en el mundo, la espada no le habría hecho daño, la flecha no le habría traspasado.”

Esos dos hijos sin rival en el mundo no nacieron de manera natural. Sin embargo, sí nacieron de una extraña manera y fueron dos de los dioses más importantes: Atenea para los griegos y Batraz para los osetas.

Finalmente, hay que resaltar de manera especial que Metis era la diosa de la sabiduría y que su hija Atenea heredó este papel. Quizá a estas alturas no resulte tan chocante descubrir que Satana es precisamente la diosa sabia de las leyendas osetas, a la que continuamente se recurre para solucionar diversos problemas, como se ve una y otra vez en Escitas y Osetas de Dumézil:

“los consejos minuciosos de Satana” (Dumézil, 29),

“Theryºalez, genio de la fecundidad vegetal. Su consejera y salvadora es Satanay”, etcétera.

La misma intervención de Satana en el asunto del absceso es motivada por que la mujer bycentae, porque ella sabe que Satana sabrá cómo solucionar el asunto.

Representación arcaica del nacimiento de Atenea en la que el dios Hefesto parece tener cierto protagonismo
(parece que acaba de dar un hachazo en el cráneo de Zeus. también se hallan allí presentes otros dioses como Posidón
(Vaso ático (ca -570/-565) de figuras rojas atribuido al pintor C)

 


Este es el primer aspecto de la comparación entre Satana y Atenea, pero hay otra leyenda de Satana que la acerca de nuevo a Atenea, y más teniendo en cuenta todo lo contado hasta aquí.

Esa segunda comparación se desarrolla en “Satana y Atenea: maternidad extravagante”.

Algunas consideraciones marginales

* En uno u otro caso el niño no mamó la leche de su madre, en el caso de Metis es obvio, pero en el caso de la esposa de Xyamec, ¿no podría todavía mamar la leche de su madre (si ella da a luz a otro hijo), puesto que ella sigue viviendo en el pueblo de los bycentae? ¿No parece eso indicar, más que una despedida, una desaparición total o un asesinato? ¿No se tragaría Xyamec en las primeras versiones a su esposa rana?

* Algunas versiones dicen que no fue Hefaistos, sino Prometeo, quien ayudó a Zeus. La intervención de un dios asociado con la sabiduría, como Satana y Atenea, resulta interesante, pero a la luz de la segunda comparación entre Atenea y Satana, resulta mucho más sugerente la participación de Hefaistos. Pero no se puede descartar que Prometeo jugara un papel en el mito, cuyo contenido exacto quizá se ha perdido.

* Como es obvio también llama la atención la cercanía del nombre de las dos diosas: Atenea y Satana, a la que basta quitar la “S” inicial para casi tener el mismo nombre: Atana. Pero esto quizá sea sólo una casualidad (el terreno de la deducción etimológica o filológica es muy resbaladizo).

 

(Publicado por primera vez el 10 de febrero de 2008. Revisado en 2021)

13 Comments

  • Marcos

    Así, de memoria, recuerdo que Alejandro pasó una larga temporada entre los escitas, uno o dos años, aunque también se produjeron contactos desde tiempos arcaicos por las colonias griegas al este del mar Negro.

  • neuer

    Sí, claro, entre escitas y griegos existió una relación constante en la antigüedad, puesto que los griegos llamaba escitas a muchos pueblos nómadas, de manera más o menos indeterminada. Los nómadas eran para ellos “escitas y cimerios”, porque después había otros pueblos a los que llamaban de manera más precisa, como los egipcios o los persas. La trasmisión del mito se pudo producir de diferentes maneras, ya sea que fuese un mito anterior a la fundación de Atenas (eso lo haría muy interesante sin duda). Des este modo se trataría de un origen del que procederían tanto los que establecieron el culto a Atenea en Grecia como los antepasados de los osetas actuales. Otra posibilidad, que quizá es la que tú quieres señalar, es que los escitas lo aprendieran en los reinos creados griegos creados por Alejandro y sus sucesores (una posibilidad interesante, pero no tanto, porque no supone un origen común). Esta segunda posibilidad actualmente se empieza a tener muy en cuenta en otros contextos: hay quien piensa, como en el fascinante Grecia en la India, que las semejanzas entre los textos indoarios como el Mahabarata y la Ilíada, no se deben a un misterios origen común indoeuropeo, sino a que en la India del año -300 copiaron la Ilíada que les llevó Alejandro (quien siempre la llevaba consigo) o quienes le acompañaban.

  • Marcos

    Sí, y también está la romanización…

    Yo, ahora que no nos oye nadie, aprovecho para decirte que no me convencen demasiado las ascendencias indoeruopeas de los mitos… Mucho más razonables me parecen los trasvases de ideas fruto del intenso comercio y demás contactos culturales.

    Mira algo tan simple como la New Age lo mucho que ha calado en Occidente a pesar de las grandes diferencias económicas.

  • Oscar

    Perdona, ¿cuando se trago Urano a sus hijos?, lo que Urano o Uranos hizo fue volver a meterlos en el seno de Gaia nada mas nacian, si es cierto, Cronos se trago a sus cinco hijos y una piedra crellendo que era Zeus, pero Zeus solo fue a Metis por la profecia en la cual un hijo habido de esta le destronaria, fue asi, a ver si aprendemos a leer un poco mas y mejor

  • neuer

    Tienes toda la razón, Óscar: Urano no se tragó a sus hijos. Ya lo he corregido en la entrada, así que te agradezco el aviso. Creo que mi error no se debió a falta de lectura o mala lectura, sino a haber confiado en mi memoria, pero tal vez tengas también razón en eso.
    No me he tomado la libertad de corregir la puntuación de tu comentario, que dificulta bastante la comprensión, o faltas de ortografía tan llamativas como “crellendo” (en vez de creyendo), porque tal vez no sean errores debido a falta de lectura, sino un rasgo de estilo (sólo así se explica la ausencia total de tildes o acentos). Y porque no suelo despreciar a los demás por errores ocasionales.

  • María

    Hola! estoy leyendo “escitas y osetas “ y estaba planteando si se sabe algo de la etimología de Satana; al principio pensé que sería una manera de incoporar el nombre de Satan a un personaje femenino con características brujeriles,de la misma manera que San Elías se convierte en una especie de señor de las tormentas . Es decir: Satana sería la demonización por influencia cristiana de un personaje femenino con poderes.No sé como se podría obtener información sobre la etimología de este nombre
    Por otro lado,la relación con Atenea,no sé si otros se la han planteado,pero a mí desde luego me ha venido también a la cabeza.

    • danieltubau

      Hola María
      sí, creo que pensar en Satán o Satanás al leer Satana es inevitable.No sé si puede haber relación, habría que investigar la etimología de Satán, que ahora no recuerdo y que probablemente no tenga relación. Lo que si asombra es la proximidad Satana/Atenas/Atenea, sobre todo al ver las semejanzas entre ambos personajes. Gracias por el comentario.

  • Begoña

    La maternidad extravagante de Atenea y Satana, tiene una relación muy extravagante pero recrea una lectura muy bella, en mitología todo es posible, tanto Atenea como Santana, las dos presencias poseen la fuerza y nos enseñan que en las culturas antiguas, aunque sólo fuera mitológicamente la presencia de diosas femeninas ocuparon las mentes de los grandes filósofos, y gracias a ellos hoy damos vida a las magestuosas diosas, extravagantes o no.

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