Teorías operacionales o contextuales del significado

En el capítulo anterior conocimos las teorías referencialistas del significado. Ahora ha llegado el turno de las teorías operacionales.

La teoría operacional del significado «estudia la palabras en acción y se interesa menos por lo que es su significado que por cómo opera» (Ullman, 1976).

Aunque la teoría de campo semántico, propuesta por Trier, y los trabajos de otros autores, prefiguran esta teoría, se puede considerar que el máximo representante de la misma es el filósofo Ludwig Wittgenstein.

Para Wittgenstein:

«El significat d’una paraula és el seu ús en el llenguatge» (Wittgenstein, 1983)

(El significado de una palabra es cómo se usa en el lenguaje)

Para entender una palabra, lo fundamental no es «comprender su significación, sino saber cómo funciona, o cómo se usa» (Ferrater Mora, 1985).

Este uso, por otra parte, se rige por las reglas del juego de lenguaje elegido para la comunicación, siendo estos juegos infinitos. Ejemplos de tales juegos serían:

«Dar órdenes y obedecerlas, describir un objeto según su apariencia o dando sus medidas, informar sobre un acontecimiento, etcétera.»

El mayor problema del operacionalismo es, como señala Ullman, la dificultad de «un examen comprensivo ordenado del campo de la semántica» sobre bases estrictamente  contextuales.

Resulta,  en  efecto,  bastante ingrato averiguar que significa, o en que se diferencia una palabra de otra (para no usar el término que se discute) mediante la observación de sus distintos usos.

Ullman lo ejemplifica mostrando la opacidad de ‘contextos’ como «Vi un _____»; «El____ tiene hambre»; «Nuestro____ es negro».

(2023: Supongo que las expresiones en cuestión serían en castellano algo como: «Vi uno», «Tiene hambre» o «El nuestro es negro», frases que sin un contexto mayor resultan difíciles de descifrar si solo nos fijamos en el uso de cada palabra).

Difícilmente semejantes muestras del uso de una palabra nos pueden permitir saber si se está hablando de un gato o de un perro, aunque para quienes emplean la expresión no existe ninguna ambigüedad: ellos saben si se refieren a un perro o a un gato

Pensemos en los arqueólogos que se enfrentan a un lenguaje desaparecido. Incluso cuando conocen la traducción de todos los signos, si se menciona a un monstruo o a un animal en ‘contextos’ tales como los antes enunciados por Ullman, lo más que se puede decir es que se trata de un animal desconocido. Sólo el hallazgo de una definición concreta de las características de ese animal podría permitir a los arqueólogos identificarlo. Incluso un animal perfectamente conocido en la actualidad podría ser un enigma si sólo se presentase en ‘contextos’ opacos (es decir en contextos que pueden ser compartidos por diversas clases de animales).

Por otra parte, la distinción entre nombres femeninos y masculinos en un idioma no conocido a menudo sólo se puede establecer atendiendo a diferencias fonético-sintácticas (no sé si las particularidades fonética-sintácticas son añadidas al contexto por lo operacionalistas, pero ello no estaría, creo yo, justificado por la teoría).

En mi opinión, la teoría operacionalista de Wittgenstein es extremadamente débil, pues las palabras, y especialmente todo nombre, a menudo sólo pueden ser utilizadas y comprendidas sin ambigüedad a partir de una definición más o menos estándar. Hay palabras que son entendidas plenamente por todos aquellos que las emplean y que, sin embargo, resultarían incomprensibles a partir de la observación de su uso.

(Sería una teoría tan débil como la teoría del lenguaje de Agustín de Hipona, al menos tal como la enuncia Wittgenstein. Porque la teoría del lenguaje de Agustín no es la que se halla en sus Confesiones, como supone Wittgenstein, sino la que desarrolla en otras de sus obras, especialmente en Del maestro.)

Naturalmente, los wittgenstianos pueden decir que uno de los usos de la palabra gato es el que se da en los libros de biología; de este modo, incorporarían la definición de la palabra gato a los contextos en los que se encuentra la palabra gato. Tal solución haría prácticamente indistinguible operacionalismo y referencialismo, y tampoco explicaría la información aportada por la visión de un gato, información, accesible a cualquier usuario de la palabra gato y que, sin embargo, puede estar ausente de la mera forma verbal intercambiada entre los usuarios.

Quizá la manera de aprovechar las observaciones wittgenstianas y evitar sus debilidades sería considerándolas parte de una pragmática que, junto a la sintaxis y la semántica, sería una de las tres partes de la semiótica. Así parecen hacerlo Strawson, Austin y Morris (Scheurer, 1982)

La única manera, quizás, de hacer del operacionalismo una teoría de alto poder explicativo sería recaer en las mónadas leibnicianas y sostener que cuando se habla del uso de una palabra no se habla sólo de los usos existentes u observados, sino de los posibles. Supongo que tal solución no agradaría a los operacionalistas.

Semántica y sintaxis en Inteligencia Artificial

Investigación acerca de la Inteligencia Artificial y la diferencia entre semántica y sintaxis , en relación con los argumentos de John Searle, Alan Turing y otros autores. A partir de un trabajo universitario escrito en 1989 o 1990.
Bibliografía | Semántica y sintaxis en Inteligencia Artificial

BIBLIOGRAFÍA Considero importante señalar que no he utilizado ni las respuestas de varios autores a Searle en The Behavioral  and Brain Sciences, ni un artículo…

Semántica y sintaxis en Inteligencia Artificial

Este investigación pretende examinar y discutir los argumentos de tipo semántico relacionados con la Inteligencia Artificial, especialmente los desarrollados por John Searle en varias de…

John Searle contra la Inteligencia Artificial

  John Searle dice explícitamente a qué y a quienes van dirigidos sus argumentos semánticos al menos en dos de sus obras, Actos de habla…

Versiones de la metáfora computacional

Ya se ha visto la distinción que establece Searle entre IA fuerte e IA débil. Algunos autores, sin embargo, identifican la Inteligencia Artificial con la…

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *