En China es frecuente que haya muchas personas con el mismo nombre. Esto se debe a varias razones.
Por un lado, la mayoría de las palabras son monosilábicas, aunque ahora se tiende a construir polisílabos.
Además, hay un número limitado de sílabas posibles: no es válida cualquier combinación de letras para formar una sílaba. Así, todas las palabras terminan en vocal, en n o en g. Eso hace fácil darse cuenta de inmediato de que una palabra que parece china en realidad no lo es, por ejemplo si termina en r o s.
En castellano también hay finales imposibles, pero son menos.
Casi imposibles son en español las palabras terminadas en x. Una feliz coincidencia quiso que una de ellas fuera fénix, animal venerado en China, la palabra que designa a un animal casi único, lo que le da un doble sentido a la llamada rima fénix o palabra fénix, que se refiere a las palabras que no tienen rima consonante. Otra coincidencia refuta la anterior en el nombre de Felix Lope de Vega: «Felix, el fénix de los ingenios», que hace fácil construir rimas felices para celebrar el talento también casi único del dramaturgo y poeta del siglo de oro.
Creo que existen pocas palabras terminadas en b, y casi todas importadas como baobab (a las que ahora quizá haya que añadir secleb y web).
En t hay muy pocas y creo que la mayoría son apellidos procedentes de otras lenguas españolas, como el catalán: Isbert, Gisbert… Pero no hay que olvidar cénit.
En j tal vez sólo carcaj y herraj.
En m pocas también, como harem (aunque se prefiere harén).
Otras letras que se encuentran poco en castellano como final de palabra son: f(rosbif), g (zigzag), h (que no es sonido), k, como volapuk (¿existe alguna puramente castellana?), p, q y v.
Volviendo al chino, aunque existen unos 700 nombres diferentes en China, se suelen usar unos veinte.
Por cierto, no hay que confundir los nombres con los apellidos: en China se escribe primero el apellido y después el nombre: el nombre de Mao Zedong era Zedong y su apellido Mao. Por eso, lo correcto es llamarle Mao.
En definitiva, en China es muy frecuente encontrar a personajes de la misma o de diferente época que se llaman igual. Un ejemplo del que hablaré pronto es Xu Wei.
Para saber qué palabras existen terminadas en las distintas letras del alfabeto lo más útil es un diccionario inverso. El diccionario inverso es la herramienta de los poetas rimadores (hoy se rima menos que antes, lo que es una marca de época semejante a las que comento en la siguiente entrada). En la extraordinaria página de Jose Antonio Millan (JAM) hay una sección interesantísima dedicada a los diccionarios, en la que se comentan diccionarios de todo tipo, algunos increíbles. Allí se ofrecen varias referencias a diccionarios inversos.
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