Los filoetimólogos
Con la expresión filoetimólogos me refiero a los filósofos que piensan que las cosas se pueden explicar conociendo el origen de la palabra que designa esa cosa. Aunque es cierto que en muchas ocasiones el origen de una palabra ayuda a comprender muchas conceptos, se trata de una de esas típicas verdades que se han convertido en errores porque han sido exageradas y llevadas al extremo, utilizaándose fuera de su campo de acción y queriendo explicarlo todo.
Que yo sepa, el primer filoetimólogo, la primera persona que usó la etimología para demostrar y explicar la realidad fue Platón, quien a menudo, dicen los expertos, se inventaba incluso la etimología de las palabras, para así demostrar mejor su tesis.
Entre los filoetimólogos posteriores, ha habido dos escuelas muy importantes: la que considera que el idioma que esconde el secreto de la realidad es el griego y quienes se inclinan por el alemán. Al parecer, algunos pensadores aseguran que en árabe no se puede decir nada falso por la misma esencia del lenguaje árabe, lo que resulta muy difícil de creer.
Naturalmente, los filoetimólogos más sofisticados son los estudiosos de la Cábala y los escritores talmúdicos, que encontraban en cada palabra, frase o letra uno o varios sentidos ocultos. Hace años escribí un cuento que trataba de esto: La Nueva Teología, que estaba incluido en mi libro Recuerdos de la era analógica, pero que finalmente se ha publicado en El camino de los mitos II.
En mi ensayo Elogio de la infidelidad, hablo de los filoetimólogos y pongo un ejemplo más o menos real de la etimología de la palabra religión. Lo copio aquí:
“Sin embargo, hay otra legión de filósofos del lenguaje que no son los filósofos del lenguaje propiamente dichos: son quienes buscan en el origen y la evolución de las palabras la solución de los problemas. Se les puede llamar filoetimólogos, porque confían en que la etimología proporcione las respuestas a problemas que parecían insolubles.
Por ejemplo, ¿qué es la religión? Los filoetimólogos responden:
“Religión es lo que une, porque religión viene de “religo/as” unir lo que estaba separado. ¿Y qué unión es esta? La que ha de existir entre el hombre y Dios, o entre el hombre y la naturaleza, o entre el hombre y la humanidad. Unión, en cualquier caso de algo separado, concepto amplio que nos permite abandonar la idea trivial de un Dios personal y aceptar que también el budismo es una religión, una religión sin Dios, como sostenía Helmunt von Glasenapp .”
Si esto se pronuncia con suficiente solemnidad, puede causar un gran efecto en la audiencia, que queda narcotizada momentáneamente.”
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[Publicado el 24 de abril de 2004]
Empleo la palabra filoetimólogos en el juego de Fritz Mauthner “La doble etimología“
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JUEGOS CON EL LENGUAJE
One Comment
danieltubau
COMENTARIO ENVIADO POR:
José Luis Ramírez
Entiendo bien que hay que ser escépticos ante los filoetimólogos, que hacen juegos malabares con el origen de las palabras. Pero esa e escepticismo ha conducido a la ignorancia del valor de la etimología e incluso a la etimolofobia. Con lo cual perdemos la oportunidad de entender cómo se crean nuevas palabras en el lenguaje, que es además la base de lo que se denomina metáfora. Pues la metáfora es un mecanismo que con ayuda de la memoria nos permite reutilizar, no ya palabras, sino incluso lexemas en significaciones nuevas. Sin ese mecanismo no podríamos hablar, pues tendri+amos que desconectar linguístocamente cada nueva situación de las situaciones anteriores. Hay que ser cautos con las deducciones etimológicas, pero sólo gracias a ellas podemos netender cómo se elabora el lenguaje. La palabra “crédito” procede de la raíz KRD que ha dado la palabra “cordis” (corazón) que en alemán se denomina Herz (HRZ). Es importante ver que significados diferentes se han construído a base de una raíz original. Lo cual no quiere decir que todo se degi´fina por ella. El problema de los filoetimólogos es que invierten la relación de causa y efecto. La etimología no fija el significado de una palabra, pero da razón de porqué se pudo derivar de ella, a base de algún aspecto semejante. El día en que se logre entender lo que es la metáfora y la metonimia, se entenderá también el valor de la etimología. Pues la metáfora no es un recurso literario sino que es un recurso lingüístico que la literatura utiliza de un modo más amplio. La literatura trata de explicarnos lo que es la metáfora y eso supone poner el carro delante del buey, que es también lo que hacen los filoetimólogos. Lo cortés no quita lo valiente. El que la filoetimología de una explicación estúpida, no debe llevarnos q despreciar el valor de la etimología, pridentemente estudiada.
sábado, 20 de marzo de 2010,