Lo masculino y lo femenino

Perkins Gilman y lo humano /3

Ya vimos que Charlotte Perkins Gilman señalaba que existían características que podríamos llamar masculinas o femeninas, no en relación a los seres humanos, sino también por comparación con otras especies. Es obvio que podemos observar en términos generales más agresividad, o al menos más agresividad violenta, entre los machos que entre las hembras (aunque no en la mantis religiosa, claro). Y es obvio que podemos observar que entre las mujeres se dan más instintos maternales, más tendencia a cuidar de los hijos. El instinto de succionar el pecho materno que salva la vida de los mamíferos recién nacidos, quizá no se debe definir exactamente como «instinto de succionar el pecho materno», sino tan solo «instinto de succionar (cualquier cosa, cualquier pecho)», pero es obvio que los padres no se sienten impelidos a ofrecer sus pechos a los bébes, y no menos obvio que no les serviría de nada tal práctica a los recién nacidos en su camino a la supervivencia. Los recién nacidos tienden a succionar cualquier cosa que se les ponga por delante y a considerar a su madre a cualquier cosa que se mueva, como demostró Konrad Lorenz al descubrir o precisar el mecanismo de la impronta.

Una de las célebres fotografías de Konrad Lorenz seguido por patos y patitos que lo consideran su mamá.

Todo lo anterior, esas diferencias entre aspectos masclinos y femeninos, es evidente. Pero esas características y muchas otras se deben con toda probabilidad no a nuestra parte humana, sino a nuestra parte animal o biológica, es decir a nuestra parte biológicamente masculina o femenina. A medida que el aspecto humano de nuestra naturaleza se desarrolla, lo más probable es que vayan disminuyendo más y más estas diferencias y todas las demás. Ya se puede observar (en este caso seguramente es lamentable) la misma agresividad masculina en mujeres soldado, y también se puede observar (en este caso sin duda para bien) más atención a los hijos por parte de los padres. La adopción de hijos por parejas homosexuales e incluso su gestación futura cambiará muchísimas cosas y romperá con muchos tópicos que sostienen que uno está obligado a comportarse de una u otra manera según lo que tenga entre las piernas.

Es curioso que todo lo que en 2005, que es cuando escribí el artículo, era sólo una predicción más o menos aventurada, se ha convertido ya en una realidad en parte del mundo, aunque me parece que hasta ahora solo ha habido un caso de gestación masculina (aunque no puedo asegurarlo). Otra cosa es la adopción por parte de parejas homosexuales, ya normalizada en países como España. Creo que mi predicción de que esos cambios legislativos traerían consigo un cambio en la mentalidad de la sociedad, incluso de ese gran segmento llamado «mayoría silenciosa», es también evidente. Hoy, al menos en España, parece una fantasía pensar que la mayoría de las personas hace no tanto tiempo consideraran que cosas como la adopción de niños por parejas homosexuales era escandaloso. También hay que tener en cuenta, sin embargo, que los cambios legislativos se pudieron producir porque también había cambiado mucho la mentalidad general.

Continuará…


[Publicado en 2005. Revisado y ampliado (en color verde) en 2017]

Charlotte Perkins Gilman

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