Rejuvenecer no es sino envejecer de otra manera…o…El irritante asunto de los aniversarios de Natalia Tubau [1984]

[ref] El segundo título de este relato («La venganza es mía»), y el calificarlo como «3ª Parte», muestra que las tres primeras felicitaciones a Natalia constituyen una especie de unidad, aunque la trama se va haciendo cada vez más elaborada. [/ref]La cuestión de los sucesivos aniversarios de mi hermana -es cosa sabida- siempre me ha preocupado . Su crueldad para con los años ya pasados y su desapego para con los venideros; su empeño en celebrar con risas y bromas la muerte del que se fue y la llegada del que se irá…Ese rito macabro de regeneración del tiempo y Eterno Retorno [ref] Los dos conceptos de mitología comparada que se mencionan (regeneración del tiempo y eterno retorno) tienen que ver con tres autores: Nietzsche, Borges y Mircea Eliade (especialmente con su libro El Mito del Eterno Retorno) a los que entonces leía mucho. Pronto se hablará del Eterno Retorno en estas felicitaciones. Por otra parte, durante varios años tuve la costumbre de escribir por lo menos un texto cada año acerca del Eterno Retorno, una especie de semejante divagación o broma semejante a estas felicitaciones.[/ref].

Pero hablar de los demás es siempre referirse a uno mismo: cuando ella, mi hermana, cumple años, los lanza como un bumerán contra mí, el hermano retrasado que nunca logra alcanzarla en el cómputo general de la existencia.

Cada 1 de septiembre ella despierta trasformada: un año más en su biografía. Pero, a mí, en esa fecha, siempre me sorprende la resaca de rejuvenecer dos años en un día. Son las paradojas del tiempo que demuestran la falsedad de las matemáticas. En efecto, durante nueve meses y pico, ella y yo convivimos[ref]No se ha de entender el «convivimos» que empleo en el texto de manera literal, pues ya entonces vivíamos en distintas casas, yo en la calle Covarrubias y ella en Benito Gutierrez.[/ref] amigablemente, separados por la distancia de un año (no ocultaré que durante ese tiempo yo intento acercarme a ella, adelantarla); en el mes de agosto, tras la larga espera, mi felicidad no tiene límites. Me digo: «Ella tiene veintitrés, yo veintidós… En cuatro meses -sigo razonando- nuestras edades quedarán igualadas, pues yo cumplo años en diciembre.»
Y es entonces cuando ella, adivinando, como siempre, mis pensamientos, se adelanta y el 1 de septiembre -fecha aciaga- no sólo cumple un año, sino que, además, se aleja de mí en dos. !Dos años en un día!
Ella, que siempre ha sido cruel, ríe y celebra su hazaña. Me invita a su fiesta de cumpleaños y, cínica como ella sola, dice que ha envejecido un año, cuando en realidad debería decir que yo he rejuvenecido dos años y que estoy más lejos que nunca de adelantarla. Yo, desde mi tiniebla infantil, finjo alegría, pero la idea de la venganza crece en mi alma con furia incontrolable…
Ella, semejante a una diosa, es capaz de cargar en un sólo día dos años en nuestra perpetua competición; yo, sin poder igualar su gesta, me esfuerzo en reducir distancias en dos meses y once días. Siempre lo consigo: el 11 de diciembre, de nuevo me sitúo a un año de ella. Pero alcanzarla, mirarla como a un igual, es tarea imposible: sólo lo lograría si ella se olvidase alguna vez del maldito 1 de septiembre.[ref] Marcos me comentó que este relato le recordaba en el tono a las aventuras de Ijon Tychi, de Stanislaw Lem. Es posible que haya semejanzas, aunque yo entonces no había leído nada de ese autor.[/ref]

Natalia, Victoria (quizá tosiendo), Daniel e Iván, padres e hijos en el Parque del Oeste. Obsérvese como Natalia y Daniel fingen que todo va bien entre ellos, a pesar de que la felicitación parece indicar otra cosa.

LAS NOTAS SON DE 1997

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2 Comments

  • ivan Tubau

    Al pronto –no pretendo darle a esta reacción más significado específico que el obvio–, cuando veo juntos estos tres nombres (Nietzsche, Borges, Mircea Eliade) estalla ante mí con fuerza la palabra que los une: fascismo. No solo la connotación literaria del término sino la política: los tres estuvieron vinculados a lo que podríamos llamar la puesta en práctica, o en acto,de esa digamos ideología: la fascinación de Hitler y Mussolini por el superhombre nietzscheano, la acquiscencia borgiana ante la pavorosa –sí: pavorosa– dictadura militar argentina, la militancia del joven Mircea en la Guardia de Hierro de Rumanía…
    En mi falsa novela histórica verdadera que aún permanece inédita, buena parte del último capítulo son conversaciones tangencialmente políticas (más explícitamente sexuales) en el Mar Menor murciano entre dos vejetes, hijo uno de rojos españoles y el otro de fascistas rumanos. Tienen en común que sus padres (como Ionesco, Cioran, Vintilia Horia o el propio Eliade antes de irse a Estados Unidos) fueron exiliados en el París de la segunda posguerra europea, años 50 del siglo 20. Disimularon o disfrazaron su fascismo rumano militante juvenil, pero nunca abjuraron de él.
    En fin: divagaciones matinales de estío.

  • ivan Tubau

    Maravillosa esa foto en el Retiro donde estamos los cuatro. ¿?Me la puedes mandar sobre papel fotográfico o de un un modo que yo pueda imprimirla así? No olvides mi ya me temo que incurable torpeza informático-internáutica…

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