El argumento de la conciencia y el solipsismo
Continuamos con los argumentos en contra de la Inteligencia Artificial, es decir de la idea de que las máquinas puedan pensar. Esos argumentos, como recordarás, fueron recogidos por Turing, pero eso no significa que él estuviera de acuerdo con ellos, sino más bien al contrario. (2023)
Turing no pretende que no exista “ningún misterio en el problema de la conciencia”, incluso considera que los argumentos de la PES (Percepción Extrasensorial) son los más poderosos, pero en lo que se refiere a su test, encuentra en el argumento de la conciencia una debilidad fundamental: no puede escapar al solipsismo. Al menos si aplicamos el famoso test de Turing.
En efecto, si no podemos observar ni la conciencia ni los estados mentales de los demás de ningún otro modo que a través de la observación de su comportamiento, y si negamos conciencia a un ordenador que se comporta como un ser humano, nos quedamos sin posibilidad lógica de atribuírsela a los seres humanos.
El solipsismo puede ser de dos tipos, duro y blando, o fuerte y débil, si se prefiere.
El solipsista duro considera que lo único que existe en el universo es su mente; el solipsista blando piensa que el único que tiene realmente conciencia y estados mentales es él y que el resto de los seres humanos son autómatas movidos por un mecanismo “puramente formal”, como diría Searle.
Bertrand Russell, que ha afirmado en varias de sus obras no creer en el solipsismo pero ser incapaz de refutarlo, dice que, al observar en los demás comportamientos análogos a los nuestros, presuponemos que detrás de ellos hay estados mentales similares a los que creemos percibir en nosotros al comportarnos de modo similar”.
Por ello se presupone erróneamente que los mismos efectos se deben a las mismas causas, pero también que:
“No sólo que si A causa B en una ocasión, entonces A siempre causará B, sino también que sólo A causa B”.
(“Not only that if A causes B on one ocassion then A will always causes B, but also that only A ever causes B” (paráfrasis de Brown en Brown, 1939).
Esto es algo que Searle no comprende cuando habla de la esencialidad biológica del pensamiento (que lo es, evidentemente, en el caso del pensamiento humano).
Como se verá más adelante, la negación por parte de Searle de que un ordenador que imite el comportamiento humano tenga estados mentales, sólo se puede sostener por un voluntarismo tenaz que convierte al investigador searlíano en solipsista ante una máquina y analogista panhumano ante un miembro de su misma especie (pero también ante un marciano, como se verá en la discusión crítica de los argumentos de Searle ).
2023. Intento aclarar un poco a que me refiero, y a qué se refiere Russell y Brown. El hecho de que una cosa sea siempre causa de una segunda cosa no significa que esa segunda cosa no pueda ser producto de una causa diferente. Vayamos a un lenguaje más concreto: si al lanzar dos dados obtengo un 5 y un 2, podré avanzar cinco casillas en el parchís o en cualquier otro juego, ano ser que haya un obstáculo que lo impida. Siempre será así: 5+2 y avanzo 7. Ahora bien, eso no significa que no pueda avanzar 7 casillas si obtengo otra tirada de dados, por ejemplo: 6+1 o 3+4. En consecuencia, es cierto que el 7 puede proceder de un 5+2, pero no necesariamente.
Aplicado al asunto que nos interesa, tendríamos que según Searle, nuestra inteligencia y nuestras acciones son producto de eso que llamamos conciencia y que hacemos cosas sabiendo que tienen un sentido y que además somos entes biológicos, pero eso no implica necesariamente que podamos obtener un comportamiento inteligente en casos e los que no se den esas res circunstancias (conciencia, sentido, biología).
En cuanto a lo de solipsista ante una máquina y analogista panhumano, me refería precisamente a que el humano observa el comportamiento o las acciones de la máquina y exclama desdeñoso: “Sólo yo pienso (o sólo nosotros los humanos)”, mientras que si observa un comportamiento idéntico al anterior pero en un humano, entonces hace uso de cierta analogía empática y asegura que ese humano también piensa, siente, es inteligente o tiene conciencia, puesto que es humano.
Los wittgenstianos pretenden que el argumento de que no puede existir un lenguaje privado refuta el solipsismo, pero eso resulta muy discutible.
El problema de las otras mentes, por otra parte, se halla ingeniosamente expresado en la frase de Ortega: “Del dolor de muelas da otra persona, lo único que tenemos es su espectáculo”.
2023. Un orteguiano, en un test de Turing en el que el humano se quejara de un dolor de muelas para demostrar que tiene conciencia, mientras que la máquina no tiene dolor de muelas, podría decir: “Yo sólo veo tus gestos, la mano en la mandíbula, las cejas fruncidas, pero eso sólo es espectáculo, ¿cómo sé que no estás haciendo una imitación de un dolor de muelas?”
Semántica y sintaxis en Inteligencia Artificial
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