CREATIVIDAD
Desde hace bastantes años la idea de que no se puede enseñar la creatividad esta cambiando y se va abriendo paso la convicción de que la creatividad sí que se puede enseñar. Hace tiempo, las organizaciones de ayuda a países pobres repetían un lema muy razonable: mejor que dar un pescado al que tiene hambre es enseñarle a pescar. Pero hay algo mejor que enseñarle a pescar: enseñarle a pensar. Porque los peces se pueden acabar y entonces será mejor que sean capaces de pensar en otra manera de conseguir alimento, por ejemplo con la caza o con la agricultura.
Yo estoy entre quienes piensan que la creatividad se puede enseñar.
El estudio del proceso creativo comenzó a caminar con paso firme en el siglo XX, primero con las propuestas del matemático Henri Poincaré y después con los primeros estudiosos, como Charles Webb Young o Graham Wallas. Se inició entonces una disciplina que recogía algunas intuiciones de los románticos e inspirados, pero sometiéndolas al escrutinio de la razón y la contrastación. Se ha mostrado que la creatividad no depende de las musas, ni del destino ni de una genialidad innata. El resultado ha sido una mezcla curiosa entre ideas como “inspiración” , “revelación” o “intuición” y la observación y la experimentación, que ha logrado, en cierto modo convertir lo etéreo en materia sólida.
En esta sección de mi sitio web, reúno enlaces a secciones o entradas que tratan de una manera más o menos directa con la creatividad, la invención o el estudio del proceso creativo.
Creatividad y teorías bastante extravagantes
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