Almohadas rojas Hipotéticas manías
Una noche que pasé con Ana en casa no pude dormir. Lo atribuí a diversas razones:
- Al día siguiente tenía que empezar a trabajar, después de las vacaciones.
- Había quedado con Ana en que teníamos que hablar y por la noche, antes de dormirse, lo último que me dijo fue: “Al final no hemos hablado”. Eso me mantuvo inquieto toda la noche, sobre todo porque no sabía de qué teníamos que hablar. Pero también pensé que quizá no podía conciliar el sueño porque mi almohada era roja. Desde entonces, uso la almohada blanca. Pero esto es sólo una hipótesis muy aventurada.