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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
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Una solución divina

Dios y Jesus Paradise_Lost_10

Principios de la filosofía:

«Punto 40: Es fácil que nos enredemos en grandes dificultades si intentamos conciliar la preordenación divina con nuestro libre albedrío y comprender ambas cosas a la vez»

¡Y tan grandes dificultades! Pero, seguro que Descartes es capaz de resolverlo, como ya antes que él lo han resuelto tantos teólogos.

Así, el Punto 41 ofrece un título esperanzador: «Cómo se concilian nuestra libertad y la preordenación de Dios». Y respecto a aquellas grandes dificultades,  explica:

«Nos libraremos de ellas si recordamos que nuestra mente es finita, mientras que el poder de Dios, por el cual previó, y además quiso y preordenó desde la eternidad todo lo que es o puede ser, es infinito».

En fin, se demuestra nuevamente la utilidad de ciertos conceptos (por llamar a eso «concepto») como el de infinito, para resolver cuestiones irresolubles, un método común a casi todos los teólogos.

Por otra parte, se utiliza el concepto de infinito de distinta manera aplicado a los hombres y a la naturaleza que aplicado a Dios.

2015: Y lo que es más importante, se resuelve la gran dificultad diciendo simplemente: «No tengo ni idea de cómo se resuelve, pero supongo que Dios sí que lo sabrá, puesto que su entendimiento es infinito». No está claro si argumentos tan absurdos como este los escribió Descartes para no poner en duda las doctrinas de la Iglesia y arriesgarse a un castigo como el de Galileo o el de Bruno o si porque creía en ellos. La segunda posibilidad es, desde luego, indigna de alguien tan inteligente como Descartes, pero no sería la primera vez en la que alguien se deja cegar por la fuerza de un concepto como «infinito» o «todopoderoso», que, como es obvio, puede resolver cualquier problema.




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