El espectador es el (verdadero) protagonista (de tu guión)
Segunda edición

25 de octubre – 24 de noviembre

«Las clases de Daniel Tubau me fueron de más utilidad que tres años de carrera»

(Fabián Muriel, México)

Ya puedes inscribirte en la nueva edición de

El espectador es el (verdadero) protagonista (de tu guión)


DATOS DEL CURSO

  • Fecha: 25 de octubre y el 24 de noviembre de 2021
  • Hora: 16:00-18:00 (hora española)
  • Modalidad: online (zoom)
  • Precio: 300 €
  • 20 plazas máximo
  • Información:
    [email protected]
    whatsapp: 618527758

PRESENTACIÓN DEL CURSO

El espectador es el (verdadero) protagonista (de tu guión) se aleja de algunos de los errores habituales en cursos y manuales al uso, y ofrece una manera diferente y mucho más efectiva de enfrentarse a un guión. Tras asistir a este curso, los alumnos cambiarán su manera de pesar en muchos asuntos de la narrativa audiovisual que les han preocupado e incluso atormentando. Descubrirán que este es un arte complejo, pero que eso no significa que tenga que ser confuso. Descubrirán cómo preocuparse de las cosas que realmente importan cuando quieres contar algo audiovisualmente. Podrán aplicar un nuevo método o una nueva manera de escribir y contarán con poderosas herramientas narrativas, rechazando las normas y reglas dogmáticas y pensando en el efecto que desean causar en los espectadores.

1. Por qué el espectador es el protagonista

Uno de los errores que más repiten profesores y gurús de guión es olvidarse que los guiones van dirigidos en primer lugar a lectores (directores, técnicos, actores y actrices), y en segundo lugar a los espectadores.

Cuando se analiza la estructura de un teóricos y profesores se obsesionan por analizar las cosas que les pasan a los personajes. Eso es importante, pero es mucho más importante pensar en las cosas que les puedan pasar a los espectadores.

Gracias a películas como El show de Truman, se muestra la diferencia entre analizar la estructura narrativa desde el punto de vista de lo que le pasa a los personajes y desde el punto de vista de lo que le pasa a los espectadores. Los alumnos descubrirán que muchos de sus problemas habituales, se aclaran e incluso se disuelven.

2. Un error en tres actos: problemas de las estructuras previas o dogmáticas

Las teorías que exigen aplicar una estructura única a un guión intentan  domesticar el arte narrativo y  lo reducen a esquemas básicos discutibles o incluso erróneos. Desde que, a comienzos de los años 80, Syd Field propuso su paradigma del guión, con tres actos y dos puntos de giro, comenzó una confusión que todavía llega al día de hoy, en la que se consideró como sinónimos planteamiento, desarrollo y desenlace con tres actos definidos, y se llegó a creer que Aristóteles pensaba lo mismo que Field (en realidad, su su idea de la narrativa es completamente diferente). Las estructuras dogmáticas causan más problemas que soluciones.

3. Por qué no debemos obsesionarnos por el significado

Durante años los grandes teóricos del guión han ofrecido a los aspirantes a guionistas métodos en los que la obsesión por el significado y el análisis ha llevado casi siempre a la parálisis. Han convertido a los guionistas no en creadores de historias y escritores de guiones, sino en analistas y críticos de narrativa audiovisual.

La búsqueda del significado de un guión, y en especial del significado psicológico de lo que hacen  los personajes es una obsesión que nació en la California de los años 60, cuando las teorías psicoanalíticas dominaban el panorama. Pero los buenos guionistas no tienen por qué preocuparse tanto por el significado, que es un asunto que deben dejan a los espectadores, los críticos y los ensayistas.

Se muestra que la riqueza de significados (y no el Significado) es lo que debe buscar un guionista si quiere huir del estereotipo, aunque ese estereotipo se disfrace de arquetipo.

4. La estructura climática (que va hacia un clímax)

Es la estructura más empleada y hay buenas razones para ello. Es también la que identifica más las peripecias del personaje con la experiencia del espectador. Hay que conocerla muy bien, aunque después decidamos no seguirla.

5. Las estructuras episódicas

Despreciadas durante mucho tiempo (a pesar de los ejemplos de El Padrino o Stanley Kubrick en casi todas sus películas), las estructuras episódicas o modulares son ahora seguidas por muchos showrunners de series, que las prefieren a la previsibilidad de las climáticas.

Se analizan las estructuras climáticas y sus ventajas e inconvenientes, así como una de sus características: dan más espacio a la imaginación y la inteligencia de los espectadores.

6.  Las herramientas y técnicas narrativas

Los guionistas contamos con cientos de técnicas, herramientas, mecanismos narrativos  trucos. Debemos conocerlos, porque son el legado de miles de años de tradición e innovación narrativa y porque nos facilitan el trabajo. Nos permiten despertar, atraer y mantener la atención y el interés de los espectadores. Porque, además, todas las herramientas narrativas se dirigen al espectador, por supuesto.

7. Historia y relato: una diferencia fundamental

Una de las razones que hacen que los guionistas desperdicien horas y horas de trabajo y que entren en callejones sin salida, es que no conocen la diferencia entre historia y relato. Por eso, se obsesionan con la historia. Pero el verdadero arte narrativo está en el relato, no en la historia.

Se explican algunas de las operaciones básicas que un guionista debe tener en cuenta al pasar de la historia al relato. Porque la solución a nuestros problemas narrativos raramente está en la historia, sino en el relato.

8. La verdadera estructura de trabajo

Los guionistas no trabajamos, excepto para inspirarnos o para ordenar nuestras ideas  con megaestructuras como el paradigma de Field o las que propone McKee (Arquitrama/Minitrama/Antitrama). Eso es terreno para analistas, no para guionistas. Muy interesante y llamativo, pero de poca utilidad para el trabajo del guionista.

Se analiza la manera en la que realmente trabajamos los guionistas: esquemas de pasos, fichas, beatsheets, pizarras y tablones. Es de esta manera como se construye el relato y la manera de ponerlo a prueba.

9. El método empático

Contando con métodos de trabajo efectivos como el esquema de pasos, podemos revisar nuestro guión teniendo en cuenta al espectador, con sistemas como el “método empático”, “el guión tachado” o incluso el “análisis premortem”. Se trata de ponerse en el lugar del lector (del guión) y del espectador (de la película).

En esta clase se tratan asuntos tan fundamentales como el reparto de la información entre los personajes Y lo que es más importante, entre los personajes y los espectadores, métodos que causan efectos narrativos tan poderosos como el suspense, la sorpresa, la intriga, la expectación o la ironía dramática.

10. La narrativa audio-visual y el trabajo de los guionistas

Las características sonoras y visuales, así como el aspecto secuencial y el movimiento, son la gran riqueza de la narrativa audiovisual. El guionista debe conocer y dominar estos aspectos tanto como un director o un editor.

Teniendo en cuenta la naturaleza del medio audiovisual se ofrecen recursos a los guionistas para escribir un gran guión.

 


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