Putin, el previsible

 

Vladimir Putin se ha ganado la fama de imprevisible, y esa ha sido la excusa de quienes hasta el último momento lo han apoyado: ¿quién iba a imaginar que sería capaz de invadir Ucrania? La respuesta es: cualquiera que no estuviera cegado por la propaganda rusa.

No es nada difícil prever que cuando se reúnen y mantienen cientos de miles de tropas en las fronteras ucranias, cuando se sostiene una retórica constante acerca de la necesidad de apoyar a los prorrusos de Donesk y Lugansk por cualquier medio, cuando las negociaciones diplomáticas con varios presidentes que van a visitarlo no obtienen el más mínimo resultado tangible, eso significa que la decisión ya está tomada. Los servicios de inteligencia de Estados Unidos y el Reino Unido también lo sabían, y lo hicieron público, en una buena estrategia comunicativa, que les valió las burlas de los putinistas de la ultraderecha y la ultraizquierda, que airearon la “histeria occidental” y que ahora intentan hacer olvidar sus chistes malos.

Es cierto que Putin es imprevisible en muchas cosas, porque los déspotas siempre lo son, puesto que los frenos morales o el sentido común no les afectan y están dispuestos a sacrificar a sus soldados o hundir la economía de su país con tal de mantenerse en el poder. Pero Putin es muy previsible en muchas otras cosas, como la persecución de cualquier disidencia, aunque eso le lleve a envenenar a periodistas o rivales políticos y encarcelar a millonarios que no le ceden voluntariamente sus fortunas; o en el odio visceral a los homosexuales y la aprobación mediante leyes de los malos tratos a las mujeres; es decir, Putin es muy previsible en la persecución de todo lo que tenga que ver con las libertades del ciudadano. Y también es previsible cuando se trata de la invasión, la creación de milicias armadas o la entrada de su ejército en cualquier país que quiera decidir su propio destino (Chechenia, Georgia, Kasajistán, Bielorrusia, Ucrania ya antes de la invasión). Esa imprevisibilidad del que está dispuesto a todo es lo que lo hace previsible.

Lo que no ha sido tan fácil de prever era la respuesta del presidente Zelenski, al que los medios afines a Putin, desde Rusia Today (RT) a Pablo Iglesias y compañía, o la ultraderecha de Marine Le Pen y otros ilustres fachas, nos habían presentado como un payaso incompetente, recordándonos una y otra vez su profesión de cómico. Pero Zelenski ha mostrado un valor inaudito (no sé si todavía vivirá cuando esto se publique, ya que todos conocemos los métodos de Putin) y ha demostrado que Putin, que quería recuperar el viejo imperio ruso o soviético, casi sin ninguna pasará a la historia como el que certificó su definitiva defunción.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *