Noche en Bogotá
NO LUGAR ~15

Hotel Los Cerros de Bogotá (habitación 306)

[Jueves 11 de diciembre]

Y aquí estoy, en el hotel Los Cerros de Bogotá.

¿Son las habitaciones de un hotel no lugares? Si lo son, más que ninguna lo es la que ahora ocupo, en la que tan sólo pasaré una noche breve. O eso creo, porque me ha sucedido algo muy extraño aquí en Bogotá.

Cuando llegué al Aeropuerto, no sabía si era 11 o 12 de diciembre, ya no recordaba si al viajar desde Europa a América se pierden o se ganan horas.

No quise preguntar a nadie, por una extraña superstición que practico en todos mis viajes, que consiste en aceptar la sensación de estar perdido y no intentar disipar esa rara incertidumbre, que incita a la exploración y al descubrimiento, mediante el recurso de una pregunta trivial que lo solucione todo. Lo único que hice fue mirar un reloj del aeropuerto para poner en hora el mío. Eran las ocho, pero, ¿de la mañana o de la noche?

En este momento, todavía no sé si es de noche o de día. Camino del hotel, en el autocar, pensaba que debían ser las ocho de la mañana y me decía «qué tarde amanece aquí». Eso me alegraba porque así podría pasar todo un día en Bogotá. Sin embargo, ahora todo me empieza a confirmar que son las ocho de la tarde. Una pena, aunque intentaré aprovechar las pocas horas que me quedan aquí, pero no sé a dónde ir, pues el centro (si es que ahora estoy en el centro), tampoco parece un lugar muy seguro.

Suena bien que te digan: “Me regala una firma” o “¿Le provoca un tinto?” (¿Le apetece un café?). Son dos frases que me dijo la muchacha de recepción.

 


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