Los hombres del bosque
Uno de los generales de Alejandro Magno, Aristóbulo, escribió unas Memorias, hoy perdidas pero que Arriano pudo consultar para escribir su Anábasis de Alejandro, y también Estrabón para los capítulos de su Geografía dedicados a la India.
Aristóbulo aseguraba que vio en Taxila a dos gimnosofistas, y que uno de ellos llevaba el pelo largo y el otro la cabeza rapada. El del pelo rapado sería Calano. Su compañero, tal vez Mandanis, le reprochó abandonar su vida de renuncia y unirse a Alejandro, pero Calano respondió que ya había completado sus cuarenta años de disciplina ascética. Aristóbulo añade que, para agradecerle unirse a él, Alejandro hizo regalos a los hijos de Calano.
Todos estos detalles coinciden con una tradición que asegura que muchos de estos sabios se retiraban a los bosques después de haber creado una familia, y que, terminados sus 37 o 40 años de retiro, regresaban a morir con su familia y disfrutar de sus riquezas. Porfirio también explica que estos ascetas, aunque se alejaban durante décadas de su familia, no la dejaban en mala situación pues los reyes se ocupaban de todo lo que necesitaran. Eso explicaría, dice Halkias en La autoinmolación de Calano, que Alejandro Magno se ocupara de los hijos de Calano al tenerlo ahora en su corte, es decir, a su cargo.
Más adelante, volveremos a los hombres del bosque y su relación con los Upanisads, los comentarios a los Vedas.