¿Es el arte siempre imitación?
En Mímesis y símbolos dije que el arte no puede mostrar la cosa en sí, sino tan sólo una imitación (la mímesis griega) o un símbolo (el modo semítico, según Lomba Fuentes).
El espectador no ve el asesinato de Julio César, sino la imitación de ese asesinato en un teatro o en las líneas de la obra escrita por Shakespeare.
Sin embargo, se podría argumentar contra esta opinión una de las ideas favoritas de mi padre, Iván Tubau: el espectador no puede ver el asesinato de César, pero sí puede ver a Louis Calhern fingiendo que es César muriendo. La verdadera realidad y verdad del cine o del teatro, dice Iván Tubau, no es la del personaje, sino la del actor que encarna a ese personaje en ese momento único de un rodaje.
Eso sí podemos verlo y eso, en cierto sentido, sí es la cosa en sí: Louis Calhern haciendo de Julio César.
Eso lleva a Iván Tubau, con razón, al argumento más poderoso (y quién sabe si el único) a favor de subtitular las películas: la organicidad, así lo llama él, es decir, la unidad indisoluble entre la actuación del actor y su voz. Ambas cosas pertenecen al mismo instante irrepetible (pero reproducible gracias al cine) y no deben ser separadas.
Y desde este punto de vista, en consecuencia, se puede matizar eso que dije de que la cosa en sí no podía ser mostrada en el arte.
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[Escrito en 2007]
NOTA en 2014
Es decir, por si no lo exprese claramente en esta nota apresurada: se puede ver la cosa en sí que es la imitación de la cosa en sí. Hace poco tuve ocasión de ver (a través de Youtube) un coloquio entre José Luis Guerín y Víctor Erice en el que se habla de esto: http://youtu.be/e7CCJxk2gjA
A partir del minuto 30:30
En relación con esta entrada, escribí: El arte y la visión mística
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