¿Eran jainistas los gimnosofistas?
Después de la posibilidad de que los gimnosofistas fueran budistas, la hipótesis que le sigue en popularidad entre los expertos es que fueran jainas o jainistas. El jainismo es una filosofía, pensamiento o religión también heterodoxa, como el budismo, es decir que no sigue los Vedas.
Agustín Pániker, en su magnífico libro El jainismo, da por casi seguro que los gimnosofistas eran jainas:
«Aunque no todo el mundo acepta que estos sabios desnudos fueran ascetas jainistas, sigue siendo la posibilidad más verosímil»[1].
Sin embargo, la práctica de maltratar el cuerpo y quemarse en una pira, como hizo Calano, no coincide con las ideas de la ahimsa o no violencia de los jainas, idea que inspiró a Gandhi. Además, no se sabe de presencia jaina en la zona por esa época.
En caso de que fueran jainas, parece obvio que pertenecerían o serían cercanos a la escuela de los digambaras es decir, los “desnudos”, que llegaron a provocar un cisma, al separarse de los svetambaras o vestidos de blanco.
No se puede negar que esta identificación es muy tentadora, porque también nos permite comparar el escepticismo de Pirrón con la doctrina anekantavada jaina, algo de lo que hablaré más adelante.
Ahora bien, existe un problema: el suicidio de Calano en una pira funeraria, que no parece haber sido una práctica habitual budista o jainista, aunque sí se conoce algún caso. También parece existir cierta contradicción en los instantes finales de Calano.
Según Cicerón, las palabras finales de Calano antes de arder en la pira funeraria fueron «Cuando este cuerpo mortal se queme, el alma encontrará la luz», lo que parece señalar a algún tipo de liberación que no coincide con la doctrina del karma común a budistas, jainistas o brahmanistas, a no ser que interpretemos la palabra “luz” como una mala traducción de nirvana u otro término griego.
Por otra parte, Plutarco, en el siglo I de nuestra era, cuenta que un sramana que fue enviado por un rey de la India se arrojó al fuego Atenas, en presencia del emperador Augusto, de la misma manera que Calano.
Estas ideas de suicidio en el fuego y prácticas ascéticas extremas tampoco coinciden, por supuesto, con ideas escépticas, pero quizá sí con alguna creencia en otro mundo o en una divinidad, o incluso a algún tipo de materialismo que distinguiera entre una materia vulgar y otra sutil, la del alma. No todos los que creen en otra vida han pensado que ese otro mundo es espiritual o inmaterial. Puede haber otro mundo y puede ser de alguna manera material. De hecho, lo que parece imposible es que exista otro mundo que sea espiritual, porque eso haría imposible la comunicación con este mundo. O eso parece si hablamos de sustancias realmente diferentes.
La siguiente posibilidad es que los gimnosofistas fueran seguidores de algún pensamiento védico.