Entrevista a Martin Amis
Uno de los más grandes problemas del momento político actual, al menos para mí, es que muchas personas de izquierda empiezan a decir cosas insensatas y vuelven a justificar o a minimizar injusticias y violencias. Hay algunos temas en los que la izquierda guarda un espeso silencio, a menudo cómplice y a veces no tan silencioso.
Por poner un ejemplo: una cosa es estar en contra de la guerra de Bush, y yo lo estoy con toda la izquierda (y parte de la derecha, según parece), una cosa es llamar asesino a Sharon, cosa de lo más razonable; una cosa es también calificar de inmoral, cruel e incluso fascista el comportamiento del gobierno israelí…
…pero otra muy distinta es que el estar contra Bush y a guerra de Irak sirva para justificar o minimizar el Islam radical y el terrorismo fundamentalista, o para olvidarse o no dar importancia a lo que está ocurriendo en Irán, en Arabia Saudi y en la práctica totalidad de los países musulmanes, o para alegrarse porque un régimen como el de Corea del Norte, tan espantoso que parece salido de una novela de ciencia ficción, desarrolle bombas atómicas “porque eso fastidia a Estados Unidos”.
Y otra cosa muy distinta también es considerar que porque están machacados por Sharon, los combatientes crueles y sanguinarios palestinos son estupendos, o que Arafat, que tiene un historial que cualquiera puede consultar en una hemeroteca, era un líder encantador; o soltar con desparpajo alusiones acerca de los judíos y decir que los judíos están practicando un holocausto igual al de los nazis.
Me parece que en la discusión política la gente a menudo pierde todo sentido de la proporción y que con tal de estar contra Satanás se alían con Belcebú. Lo siento, pero yo no voy por ese camino. No puedo considerar, como le decía a un amigo hace poco, que gente así sea de mi bando, que estén de mi lado o yo del suyo, más bien creo que todos ellos son del mismo bando, del bando de Bush y de Sharon, precisamente.
Ese comportamiento de muchas personas de izquierdas me resulta muy triste, me parece a menudo inmoral y casi siempre insensible y cruel, así que me alegra que haya alguien que hable contra esas cosas y además sea de izquierdas, porque supongo que esa es la única manera razonable de evitar que en muchas personas de izquierdas se produzca el hartazgo y la reacción de hacerse de derechas al escuchar ciertos argumentos de sus amigos. En mi caso, ya a veces me siento fatigado de aclarar que siempre he sido de izquierdas y que lo sigo siendo, a pesar de que a veces parece que no hago otra cosa que discutir con la izquierda.
Creo, y espero no equivocarme, que Martin Amis era, es y seguirá siendo de izquierdas, a pesar de atacar con toda contundencia el comunismo soviético, la especie de mariolatría (culto a la virgen) que se está extendiendo hacia Arafat, y otras cuestiones similares. En una entrevista reciente, Amis dice bastantes cosas interesantes y demuestra que uno puede ser de izquierdas y no dejarse el cerebro en la mesilla de noche y la sensibilidad en la nevera.
[Publicado en 2004]
POLÍTICA
[pt_view id=”87405d63l6″]
[pt_view id=”87405d63l6″]