Enfermedades y emociones

Da la impresión de que cuando estás enfermo te encuentras menos protegido contra las emociones. Es frecuente que durante la enfermedad nos acordemos y revivamos todos nuestros problemas y angustias.

Esta observación, que cualquiera puede hacer, me parece muy interesante.

Podemos intentar explicar este mecanismo pensando que lo que sucede es que al estar débil no estás bien y que, por un mecanismo simpático (en el sentido de la magia simpática, «por semejanza») vienen a la mente otros momentos en los que no has estado bien.

O tal vez la explicación sea que no es la enfermedad la que desprotege anímicamente, sino la salud la que protege: que cuando estás sano las tristezas están controladas, o algo parecido. Al enfermar se abrirían esas compuertas hacia la tristeza.

Lo curioso del mecanismo es que parece actuar a la inversa de lo razonable: no te protege cuando resulta más necesario protegerte: no sólo tienes que soportar la enfermedad, sino, además, todas las tristezas asociadas que empiezan a caer sobre ti.

Ahora bien, se me ocurre una razón que pudiera explicar este extraño mecanismo biológico-psicológico. Si un animal, digamos un hominido hace millones de años, enfermaba, ello podía deberse a diversos motivos, por ejemplo, haber bebido agua en mal estado, que se le infectase una herida que le hizo un león semanas antes, por ejemplo. Por eso, cuando enfermaba, sería bueno que pasaran por su mente las diversas situaciones, tristes o peligrosas, que había vivido, porque en una de ellas podía estar la causa, y quizá también la solución a su mal actual.


Ocurrencias de un enfermo

[wpts_matriz boxwidth=’150′ category=’4607′ posttype=» taxonomy=» posts=’30’ limit=’30’ order=’ASC’ boxstyle=’1′ buttoncolor=’nobutton’ titlesize=’10’ contentsize=’11’ titlefont=’default’ contentfont=’default’ showtitle=’1′ showexcerpt=’1′ showimage=’1′ masonry=’1′]

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *