[email protected]

Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau

Galería

Los otros escépticos de la India
Los koans del escepticismo
Edipo y Stefan Zweig
Difícil de creer
Carnéades y tus dos amigos gemelos
Al principio fue el misterio
Una filosofía mundana creada por un dios
Los demonios escépticos de la India
El escepticismo perseguido y subterráneo

El sueño de Leibniz

Podemos imaginar que Descartes es un personaje soñado por Leibniz. Cuando Leibniz se va a dormir, en su sueño aparece Descartes, que empieza a filosofar y a decir que, puesto que piensa, entonces existe.
Pero entonces Leibniz se despierta y recuerda el sueño con gran precisión. Se ríe de ese personaje soñado que se cree real.
Un día, Leibniz deja de soñar con Descartes.
Fin de Descartes.

Se dirá: «¡Ah, pero entonces es que Descartes es Leibniz!”.

A lo que yo respondo con una pregunta: «¿Usted es todos los personajes de sus sueños?»

Si seguimos por este camino, nos encontraremos con diversas variantes:

Leibniz sueña con Descartes sólo las noches en que toma una copa de vino Tokay.

El soñado Descartes empieza a sospechar si no será un personaje de sueño, quizá un personaje de un sueño de Leibniz.

Un Leibniz soñado le explica a Descartes que los sueños con él se van a acabar. Descartes está decepcionado y aterrado.
__No te preocupes dice Leibniz- seguirás existiendo, porque tú eres yo.
__¡Sacre bleu!-exclama Descartes- tú tienes un carácter diferente al mío y lees libros que a mí no me interesan. Si me disuelvo en ti, dejaré de ser yo!

El argumento final de Descartes se puede aplicar también a aquellos que piensan que seguirán existiendo en la energía inagotable del cosmos, en los gusanos que devorarán su cadáver o en el ciclo perpetuo de la materia en sus continuas transformaciones.


Este texto es un comentario que hice en 1996 a la anotación a Principios de Filosofía: ¿Es una certeza «Pienso, luego soy?»

 

 

 

Descartes

Descartes

G.W. Leibniz

Leibniz y la claridad: los antiguos y los modernos

En La Vorágine inicié una Brevísima historia de la decadencia de la lengua filosófica francesa, con un texto de Braudillard. Antes de añadir nuevos capítulos, vale la pena leer un fragmento de una de las autobiografías de Leibniz. En esta autobiografía, escrita en tercera persona, Leibniz  se lamenta de la manera de escribir de sus […]

Somos lo que comemos

Leibniz se refiere en la cita anterior al otro mundo cristiano, como lugar en el que obtendrás esas perfecciones futuras, pero la idea se podría aplicar también a la reencarnación budista: tus futuras vidas dependen de tu comportamiento en esta vida. Pero yo prefiero aplicarlo a esta vida terrenal. Aristóteles decía que somos lo que […]

Leibniz y la manía de guardarlo todo

«Incluso es preciso que cada mónada sea diferente de cualquier otra. Pues jamás hay en la naturaleza dos seres que sean completamente iguales uno al otro y en los que no sea posible encontrar una diferencia». G.W Leibniz Leibniz es un filósofo alemán que nació en 1646 y murió en 1716. Una de sus obras […]

Leibniz y el sonido

Dice Leibniz: «Es claro que para percibir efectivamente el ruido de las olas debemos percibir el que produce cada una de las gotas de agua de que están compuestas las olas. Siendo así que este imperceptible ruido sólo en unión con todos los demás, es decir, en el estrépito de la ola, es perceptible, y […]

Objeciones a «El todo es mayor que su parte» formulado por Leibniz

Leibniz, en Demostración de las proposiciones primarias, pone un ejemplo de las llamadas proposiciones de razón: «El todo es mayor que su parte». He comentado muchas veces esta proposición, ya sea en la formulación dada por Aquino, Leibniz, Kant o cualquier otro. Ahora intentaré hacerlo detenidamente y con precisión.  NOTA EN 2013: escribí el texto […]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Empiristas y racionalistas, una dicotomía simplista

Empiristas y racionalistas, una dicotomía simplista

Antes de comenzar el comentario a Principios de filosofía: en la contraportada del libro, se dice que Descartes y Leibniz se han incluido, con razón, en el mismo capítulo de…

Las dos sustancias: alma y cuerpo

Las dos sustancias: alma y cuerpo

Después de establecer el Cogito ergo sum («Pienso luego soy»), Descartes afirma en sus Principios de filosofía: «A partir de aquí se conoce la distinción entre el alma y el…

La divisibilidad

La divisibilidad

En el Punto 26 de Principios de la filosofía dice Descartes: «La cantidad es indefinidamente divisible». Esto puede parecer probable, pero es un tema difícil en sus dos alternativas, puesto…

El sueño de Leibniz