El salmo de Lichtenberg
¿Y cuál es el Salmo 90 que tanto conmovía a Lichtenberg?
Aquí está:
Domine, refugium
1 Oh Soberano mío, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
2 Antes que naciesen los montes,
o fueran engendrados la tierra y el mundo,
desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
3 Devuelves el hombre al polvo, diciendo:
“Retorna, hijo de Adán”.
4 Porque mil años delante de tus ojos
son como el ayer, que pasó,
y como una vigilia en la noche.
5 Nos arrebatas como en un sueño,
como la hierba que pronto se marchita:
6 Por la mañana florece y crece;
por la tarde es cortada y se seca;
7 Porque en tu furor somos consumidos,
y por tu indignación somos conturbados.
8 Pusiste nuestras iniquidades ante ti,
nuestros pecados secretos a la luz de tu rostro.
9 Todos nuestros días fallecen a causa de tu ira;
acabamos nuestros años como un suspiro.
10 Los días de nuestra vida son setenta años,
y quizás en los más robustos hasta ochenta;
con todo, la suma de ellos es sólo pesar y trabajo,
porque pronto pasan, y desaparecemos.
11 ¿Quién conoce la vehemencia de tu ira?
¿Quién teme debidamente tu indignación?
12 Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,
que traigamos al corazón sabiduría.
13 Vuélvete, oh Señor, ¿hasta cuándo tardarás?
Ten compasión de tus siervos.
14 Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y así cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.
15 Alégranos conforme a los días que nos afligiste,
y a los años en que sufrimos desdichas.
16 Que tus siervos vean tus obras,
y su descendencia tu gloria.
17 Sea la bondad del Señor nuestro Dios sobre nosotros,
y haga prosperar las obras de nuestras manos;
sí, haga prosperar nuestras obras.