Contra la razón

Gente que jamás ha leído una linea de los partidarios del relativismo cultural -y mucho menos de sus detractores-, se lanza con pasión al ruedo y en cualquier conversación proclaman: «Todo es relativo», impidiéndo o pretendiendo impedir que razones de una manera mínimamente sensata sobre cualquier cuestión. La opinión de esta gente es que, puesto que todo es relativo, tiene tanta razón el que corta cabezas como el que sacrifica niños a los dioses.

Ya he escrito y escribiré sobre el relativismo cultural, pero ahora me interesa descubrir por qué la gente tiene tanta facilidad para quedarse con todas aquellas ideas que, ya sea en su origen, ya un poco pervertidas por sus exégetas, atacan al pensar razonado.
¿Por qué la gente goza con los fracasos (la mayoría de las veces sólo supuestos) de filósofos o científicos? Parecen considerar una equivocación científica como un triunfo de la humanidad y son expertos en mil artes diversas, especialmente en la astrología y la quiromancia.

Hasta aquel que jamás ha leído un libro de psicología o filosofía es capaz de definirse a sí mismo o a cualquier otra persona con un único dato: el signo de su nacimiento.

Recuerdo que en una ocasión C… y yo leímos las predicciones astrológicas de una revista. Sorprendentemente parecían señalar hechos y situaciones bastante acertadas. Lo más divertido vino cuando la semana siguiente vimos en esa revista una Fe de Erratas: «los signos y la predicción de cada uno de ellos no se correspondían la semana pasada, la predicción del primer signo debía ir bajo el segundo signo, etcétera».


[Escrito en 1987. Son anotaciones de un diario, no un artículo]

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