Comparación de no lugares
NO LUGAR ~3

Autocar desde el Aeropuerto del Prat a Plaza de Cataluña (Barcelona)

Lunes 1 de diciembre de 1997

Bolsa de mareo del avión, en la que escribí
durante el trayecto del autocar
(pero no acerca de los no lugares)

 

Existen no lugares en los que se está sin estar, como las salas de embarque de los aeropuertos, y otros no lugares que sirven para ir de un sitio a otro, para trasladarse de un lugar a otro. Me refiero a los trasportes, pero, ¿por qué no? También a las escaleras mecánicas (o no mecánicas), a las cintas rodantes, a los pasillos.

En lo que se refiere a los trasportes, en tanto que no lugares en los que pasamos una parte importante de nuestra vida, hay algunos más interesantes que otros. Intentaré una breve enumeración de los pros y los contras de cada uno.[DT1]

Entre conducir una moto y un coche, el coche.

Entre conducir un coche y viajar en un taxi o en un coche que conduce un amigo, el taxi y el coche del amigo.

Entre el taxi y el metro o el autobús, el metro o el autobús.

¿Por qué?

En el metro o autobús puedes leer, estudiar, escribir.

En el taxi con mucha dificultad (basta con recordar al primer taxista con el que inicié este cuaderno de viaje).

En el coche, si eres tú el que conduce, sólo te queda libre el oído, que te permite, por ejemplo, escuchar un audiolibro, pero tampoco puedes concentrarte o despreocuparte de tu tarea principal, que es no tener un accidente.

En el metro o el autobús puedes ver a otras personas que comparten contigo el viaje, pero que no interfieren en tu vida.

En el taxi ves al taxista

En el coche que tú conduces, a ti mismo (y quizá a tus pasajeros).

En el metro y el autobús, además, puedes ver a montones de mujeres hermosas.

En el taxi ves la jeta (o la nuca) del taxista.

En el coche, si vas tú solo, la tuya en el espejo retrovisor.

Una ventaja del coche: puedes oír la música que prefieras y no tienes por qué soportar la emisora del taxista. Es cierto, pero eso no compensa la tensión, ni el que estés obligado a mantenerte atento en la conducción, en vez de leer, pensar, dormir o mirar a las chicas. Además, es casi una ley general que quienes usan el coche en la ciudad engordan, y que su humor y su estrés empeora. De todos modos, como yo ni tengo carné ni conduzco, no tengo por qué preocuparme por estas cosas, aunque sí soportar el mal humor de algunos conductores que me llevan o me traen de un lugar a otro.

Si tengo que elegir entre el autobús y el metro, prefiero el autobús: veo la ciudad en vez de un túnel, y es más propicio para la seducción y el amor. Recuerdo tres amoríos en autobús (y un cuarto vagamente), pero menos en el metro. Y en cuanto a darse el lote, me ha sucedido varias veces en el autobús y menos en el metro (a no ser en un vagón vacío y nocturno).

Del tren no hablo aquí.

 


 [DT1]En mi opinión, un autobús es mucho más cómodo que un taxi y, por supuesto, más barato. Pero, sobre todo, es más interesante.

 

 


 

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