Cómo sujetar unas suelas recién pegadas

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Un capítulo más de Los grandes inventos del TuBaU

Quizá nos hemos hecho con unas botas de cuero a buen precio, pero tal vez enseguida descubrimos que es difícil mantenerse sobre ellas sin resbalar: necesitamos ponerles lo que los zapateros llaman «tapas» y «medias suelas».

Es posible que hayamos cometido el error de encargar la tarea a un zapatero remendón sin preguntarle el precio, con lo que acabaremos descubriendo que el precio de la bota crece de manera asombrosa. Si, además, la tarea está mal hecha y las suelas se despegan al poco tiempo. ¿Qué hacer? ¿Comprar otras botas? ¿Volver al zapatero?

Si regresamos al lugar que tan malos recuerdos nos trae y esta vez tenemos la prudencia de preguntarle cuánto nos va a cobrar antes de dejar las botas de nuevo en sus manos, su respuesta nos llevará en muchos casos a decidir tirar esas botas viejas y comprar unas nuevas. ¿Existe alguna solución a nuestro problema?

La respuesta es: lo mejor es el Duityurself. Hazlo tú mismo.

Las medias suelas cuestan (en España) 1 euro o 1 euro 50, además de la cola de contacto, que tal vez conservamos desde una faena anterior. Incluso es posible que podamos ahorrar algo reciclando las suelas de unas botas anteriores, que hemos guardado por un mal entendido cariño, a pesar de estar agujereadas en la punta.

Una vez en nuestro poder las medias suelas, que quizá las hemos tenido que recortar un poco para adaptar a la bota, el método es bien sencillo: limpiar la planta del zapato y la suela, poner cola de contacto en ambas superficies y esperar un poco antes de unirlas.

Un error frecuente es unir las superficies inmediatamente, o poner cola de contacto sólo en una de ellas, olvidando que se trata precisamente de cola de contacto.

Pero el gran problema es cómo sujetar las dos superficies para que el trabajo no sea en balde y las suelas, de nuevo, se nos despeguen en cuanto caiga la primera tormenta, o tras pasar demasiadas horas sacando viruta a la pista de baile.

Lógicamente, la idea de pasarse tres horas con las botas en la mano apretando la suela para que se unan las dos superficies resulta poco apetecible.

Hay diferentes métodos, pero yo me inclino por el que se ilustra a continuación:

Botas en reparaci�n

 Las pinzas de la ropa son, en efecto, una excelente herramienta para mantener unidas las dos superficies sin cansarse sujetándolas durante mucho rato.

 Botas en reparaci�n

 Aunque en la foto se pueden apreciar dos pinzas de madera, es preferible que sean de plástico, no sólo por sus alegres colores, sino porque no se quedan pegadas al cuero con las rebabas de la cola de contacto.

 

DETALLE Y REVISIÓN DE LA REPARACIÓN

Botas en reparaci�n

 Si en vez de dos o tres horas se piensa tener la bota con las pinzas durante más tiempo, es recomendable interponer entre estas y el cuero un trocito de tela para que no queden marcas posteriormente

 

Botas en reparaci�n

 En la imagen se puede apreciar el trabajo desde otro ángulo. Nótese que la zona central de la media suela (la parte negra iluminada) no queda sujeta, por lo que conviene presionarla de vez en cuando (o fijarla transitoriamente con cinta americana). En cuanto a la tapa o suela del tacón, no es posible el uso de pinzas, por lo que es recomendable fijarla en un momento anterior o posterior, recurriendo a otros métodos, como el de poner la bota en su posición de calzado e introducir un bote de mermelada o una lata muy pesada dentro, de tal manera que ejerza un cierto peso sobre el tacón.

 


 [Publicado por primera vez en Salón digital el 8 de mayo de 2010]

losgrandesinventosdetubau

Inventario, de Daniel Tubau

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