Ciencia y religión
En las fronteras de la ciencia /2
El fracaso de la frenología nos enseña varias cosas.
En primer lugar, que la ciencia y los científicos se equivocan a menudo.
La verdad es que todo el mundo se equivoca alguna vez: los científicos, los religiosos, los políticos, las madres y los padres, los hijos, los médicos y los carpinteros, los conductores y los psicólogos, los malabaristas y los economistas.
Ahora bien, la diferencia entre una creencia y una hipótesis científica, lo que hace superior a la ciencia sobre las otras maneras de explicar el mundo, es que el método científico supone el reconocimiento e incluso la búsqueda de los errores.
Lo que hace que el pensamiento científico sea sin duda la mayor conquista intelectual en la historia de la humanidad no son sus éxitos, indudables e indiscutibles, como volar por el aire, comunicarse al instante de un lado a otro del planeta, enviar naves a la Luna o Marte, prolongar la vida humana de treinta a cien años, producir en los países más desarrollados alimentos para millones de personas empleando a sólo un 2% de la población en la agricultura… No, la gran virtud del pensamiento científico no son todos sus éxitos, sino el que sea capaz de aceptar sus errores.
En esto se diferencia el pensamiento científico, racional y razonable, de la creencia y la fe, porque una religión revelada no reconoce el error, ya que parte de la afirmación de que sus libros sagrados y sus dogmas han sido dictados por Dios mismo, por un Dios perfecto que nunca se equivoca. Nunca me canso de citar aquello que dijo el físico Richard Feynman: “La ciencia es la manera que hemos inventado para dejar dce engañarnos a nosotros mismos”. Supongo que la inversa es también cierta: “La religión es la manera que hemos inventado para seguir engañándonos pase lo que pase”.
El problema para los seguidores de la religión es que hay ciertos errores en los textos revelados tan indefendibles hoy en día, tantos dictámenes morales tan absolutamente inmorales, que los creyentes han acabado por modificar sus creencias. Pero, en vez de reconocer abiertamente su error, como debe hacer cualquier científico o incluso cualquier persona razonable, lo que hacen es asegurar que el problema no está en las palabras reveladas por dios o los dioses y recogidas en la Biblia, el Corán o los Vedas, sino en nuestra interpretación de esas palabras: “Hay que leerlas de manera metafórica”, “Dios habla a cada profeta en el lenguaje de su época”, etcétera.
Es lo que se llama una explicación ad hoc, es decir forzada por las circunstancias, para poner un parche o ir tapando goteras en un razonamiento lleno de agujeros.
Continuará…
En las fronteras de la ciencia
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Cómo es el mundo
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Aquí puedes ver casi todas las entradas relacionadas con la ciencia. Otras referencias científicas pueden estar en páginas dedicadas a la filosofía, el cine o cualquier otra cosa imaginable, por lo que, en tal caso, lo mejor es que uses el buscador lateral, con palabras relacionadas con el tema que te interese.
CUADERNO DE CIENCIA
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2 Comments
ERNESTO MORÁN MÉNDEZ
Buenas tardes/días o noches señor Tubau, mi nombre es Ernesto Morán Méndez, soy de México y quiero expresarle mi gratitud por lo que serían las 2 semanas más reflexivas de mi vida con su libro No tan Elemental. Le seré sincero compré su libro cuando tenía 18 años y sólo llegué a la mitad y ahora a mis 21 años me doy cuenta que tenía que pasar por varias cosas para comprender aún mejor los temas que aborda su libro, he visto que muchos compañeros míos de la Universidad recurren a trampas o como lo diría en términos sencillos, el camino fácil, eso me desanimaba mucho y ahora que me estoy tomando un tiempo fuera por lo del Covid-19 leí su libro y ahora me dí cuenta de la clase de científico que quiero ser, porque el mundo no necesita científicos a medias, necesita científicos hechos y derechos, que puedan aceptar sus errores y comenzar de nuevo, que sean observadores y audaces, todo eso me inspiró su libro.
Muchas gracias por escribirlo
danieltubau
Saludos Ernesto,
muchas gracias por tus palabras. Me alegro mucho de que mi libro te haya inspirado de esa manera y que estés decidido a ser un verdadero científico y un gran investigador. Es muy emocionante para mí ver que mi libro contagia a sus lectores el entusiasmo que siento yo mismo hacia la observación y el estudio de la vida y la naturaleza, y a la lucha contra los prejuicios. Te deseo grandes éxitos, aunque como bien dices, los fracasos también son parte del camino e incluso del aprendizaje, y hay que aceptarlos. Siempre que quieras puedes escribirme a mi correo personal (pon Sherlock en el asunto para que sepa que es un correo importante): [email protected]).
Un saludo muy afectuoso desde España. Espero que cuando pase la pandemia pueda viajar de nuevo a México, un país que quiero y admiro.