Causa y efecto y lo audiovisual
El cine parece tener algún tipo de misteriosa relación entre la causa y el efecto.
No se sabe exactamente por qué las imágenes estáticas del cine nos trasmiten la sensación de movimiento.
Se ha dicho que es por el efecto phi o por la persistencia retiniana.
Pero eso no está claro.
El caso es que no sólo hay un número determinado de fotogramas en la película, 24 por segundo, sino que, además, lo importante es el obturador del proyector, que corta el chorro de luz intermitentemente.
Si se interrumpe un haz de luz más de 50 veces por segundo, el espectador no ve parpadeos o ráfagas, sino una luz continua.
El haz de luz de una película es interrumpido por el obturador dos veces durante cada fotograma.
Y esto tiene una consecuencia todavía más interesante: el haz de luz es interrumpido durante 5’4 milisegundos dos veces por fotograma , con lo que durante un fotograma hay 10,8 milisegundos de oscuridad.
Esto significa que en una película de 100 minutos 40 minutos son de oscuridad.
Una oscuridad que, sin embargo, no vemos.
Tramas (2007-2008)