Cambiar de tema para aprender mejor
Según ciertas investigaciones, la mejor manera de aprender algo es estudiándolo y luego yéndose a dormir. De este modo, según parece, se fijan mejor los conocimientos.
Yo sostengo la teoría de que no sólo durmiendo, sino también cambiando de tema se favorece la fijación de los conocimientos, que lo importante es cambiar de asunto o tema. Por eso me gusta tanto trabajar en varias cosas a la vez.
Me parece, en efecto, que es bueno distraerse de una cosa, sacarla de la memoria inmediata, para poder enfrentarse mejor a ella. Si permaneces en el mismo tema hora tras hora, al final te quedas atrapado en él y pierdes la capacidad de ver sus defectos y virtudes. Es mejor ponerse a hacer otra cosa y después regresar al tema original: descubres entonces que tu mente ya ha ordenado gran parte del caos.
Hace tiempo encontré algo que parece coincidir con mi teoría en los Agradecimientos del traductor de unos cuentos chinos de la dinastía Tang:
“…a la Morilla, por haberme convencido suavemente de que para traducir mejor, lo mejor no es traducir, traducir y nada más que traducir.”
Quizá todo esto tenga que ver con eso que decía Ana Aranda:
“–Estoy aprendiendo a escribir guiones.
–Ah sí, ¿y qué haces? ¿Vas a un curso?
–No, voy a lugares en los que nunca he estado, hablo con desconocidos, paseo, hago el amor con extraños, bailo. Y también sigo un curso de guión.”
Ella lo dice mejor, pero lo cito de memoria.
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SOBRE CREATIVIDAD
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