[email protected]

Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau

Galería

Sacro y profano CUADERNO DE VENECIA
¿Inventó Coca-Cola la felicidad?
El buenánimo de Demócrito y los peligros de la envidia
Es más fácil ver que escuchar
¿Ataca Tucídides a Pericles?
David Hume
Platón, ¿creador de la filosofía evasiva?
La impopularidad del imperio ateniense
No hay una única receta para la felicidad, pero sí recetas felices

Un curioso epílogo de Shakespeare

shakespeare y Elizabeth IEn La segunda parte de Enrique IV hay dos epílogos. Uno era tal vez para su presentación en el teatro, el otro para Whitehall, ante la reina. En el segundo, nos dice Shapiro, oímos hablar a Shakespeare por primera y única vez como él mismo, pues se supone que Shakespeare en persona «recitaría el insolente epílogo»:

«Primero mi temor, después mi reverencia; por fin mi discurso. Mi temor es no haberos agradado; mi reverencia, mi deber y mi discurso, es para pediros perdón. Si ahora esperáis un buen discurso, estoy perdido, pues lo que tengo que decir es de mi cosecha y lo que habría que decir me temo que sería mi ruina. Pero al grano, y de ahí el riesgo. Sabed, como ya es sabido, que hace poco estuve aquí al final de una obra desagradable, rogándoos paciencia y prometiéndoos otra mejor. Pensé realmente pagaros con ésta y si, cual mala expedición, no arribó a buen puerto, yo doy en quiebra y vosotros, amables acreedores, perderéis. Prometí que aquí estaría, y aquí está mi persona a merced vuestra. Hacedme una rebaja y algo os pagaré; y como tantos deudores, os prometeré infinitamente. Y con esto me arrodillo ante vosotros, aunque, la verdad, es para rezar por la reina».

Es un texto realmente interesante. Shapiro se pregunta si la obra desagradable a la que alude es la Primera Parte de Enrique IV o Las alegres comadres de Windsor. Sería interesante investigarlo, aunque a primera vista parece extraño que sea Las alegres comadres de Windsor, que se supone escribió por encargo de la reina. Si le molesto Enrique IV, Primera Parte, parece que debió ser por motivos políticos, más que por la calidad de la obra. Pero son sólo suposiciones que hago a vuelapluma.

También hay una comparación interesante en lo que dice de la deuda y los barcos, que podría relacionarse con El mercader de Venecia (Shapiro alude a ello, aunque sin mencionar el barco que no llega a puerto).

No estoy del todo de acuerdo con Shapiro en que cuando Shakespeare dice «os prometeré infinitamente» quiera también decir «indefinidamente» y aluda a que los espectadores «serán recompensados con obras inmortales durante mucho tiempo». Eso es lo que prometerá, como cualquier deudor, pero no quiere decir que se afirme que eso va a ser cumplido: existe en ello una ironía, creo: como cualquier deudor, prometeré cumplir, pero eso no es garantía de que lo haga.

Un fragmento sobre el que quienes dudan de la autoría de Shakespeare podrían echarse como lobos Compartir en X

También da la impresión de que Shakesperare parece dirigirse a cierto sector de la corte, pero que parece contar con la satisfacción de la reina por la obra.

Por cierto, hay un fragmento sobre el que quienes dudan de la autoría de Shakespeare podrían echarse como lobos (no sé si alguno lo habrá hecho). Me refiero a cuando dice:

«Si ahora esperáis un buen discurso, estoy perdido, pues lo que tengo que decir es de mi cosecha y lo que habría que decir me temo que sería mi ruina».

Algo que podría ser entendido como una admisión de que el discurso final es suyo, pero la obra no.


WILLIAM SHAKESPEARE


Una nueva poética para el siglo 21

Una nueva poética para el siglo 21

  Me ha alegrado encontrar en el comienzo del libro de Jordi Balló y Xavier Pérez El mundo, un escenario, esta mención: «Para Daniel Tubau, que preconiza una nueva poética del guión para el siglo XXI, la ausencia de funcionalidad causal…

Lectura de Shakespeare, la biografía , de Peter Ackroyd

Lectura de Shakespeare, la biografía , de Peter Ackroyd

Con mucho entusiasmo me dispuse a leer una nueva y monumental biografía de Shakespeare. Como es sabido, los biógrafos de Shakespeare se ven obligados  repetir las diez o veinte cosas que se saben con certeza de Shakespeare y a imaginarse…

Shakespeare y la imperfección

Shakespeare y la imperfección

Debo admitir que yo disfruto más con los pequeños espectáculos imperfectos que con las grandes y virtuosas coreografías en las que no consigo ver a la persona que se ha vestido de artista. También suelen gustarme las películas imperfectas o…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Un curioso epílogo de Shakespeare