• Inicio
  • blog
  • El buenánimo de Demócrito y los peligros de la envidia

[email protected]

Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau

Galería

Es más fácil ver que escuchar
¿Ataca Tucídides a Pericles?
David Hume
Platón, ¿creador de la filosofía evasiva?
La impopularidad del imperio ateniense
No hay una única receta para la felicidad, pero sí recetas felices
Siete maneras de alcanzar la felicidad
La nostalgia de Pericles
Antifonte, el demócrata y el antidemócrata

El buenánimo de Demócrito y los peligros de la envidia

Demócrito define el buen ánimo (eutimia) como un ánimo sereno, que se logra mediante la moderación en el placer y la armonía de la vida. Para alcanzarlo conviene evitar las carencias y los excesos, porque suelen provocar grandes conmociones en el alma y eso impide el equilibrio y la serenidad.

Es un planteamiento muy sensato, moderado y semejante al de Aristóteles y, por supuesto, al de Epicuro, pero Demócrito vivió unos cincuenta o cien años antes que ellos.
Demócrito también nos dice que es recomendable contentarse con lo necesario y no desear lo que no está a nuestro alcance, no prestar atención ni envidiar a los que tienen más.

Si nos dominan emociones como la envidia, entonces nuestro bienestar, nuestro buen ánimo y nuestra felicidad ya no dependerán de nosotros sino de aquellos a los que envidiamos, porque se da la paradoja de que «el envidioso se atormenta a sí mismo como a un enemigo».

Muchas de nuestras frustraciones, envidias o celos no afectan a los demás sino solo a nosotros mismos. Quien vive obsesionado con sus enemigos, esperando su próximo movimiento para contradecirlos, pasando su tiempo a la espera de que actúen, de que digan algo o de que se manifiesten, acaba convirtiéndose en su esclavo. Y cuanto más mediocres sean sus enemigos, más mediocre será él. Ya nos lo advirtió Borges: «Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos, porque uno termina pareciéndose a ellos».

Los políticos nos dan de esto muchos ejemplos. Los que empiezan combatiendo de manera obsesiva y dogmática las malas prácticas de sus rivales acaban por adoptar las mismas estrategias. Y no solo sucede entre los políticos profesionales, sino entre amigos y conocidos que no pertenecen a ese mundo.
Quien envidia, defiende Demócrito, se hace daño a sí mismo. Quien pasa su tiempo pendiente de la vida de los demás está reduciendo su propio tiempo para disfrutar de la vida y regalándoselo a quienes menos le gustan. Es una extraña forma de altruismo. Siempre me ha sorprendido observar cómo algunos amigos dedican casi todo su tiempo a hablar de las personas que detestan. Es como alquilar una magnífica casa en la playa y pasarse todo el verano mirando por la ventana para asegurarse de que los vecinos no se divierten demasiado.

Ahora bien, cuando digo envidia me refiero también a la maledicencia, a pasarse las horas hablando mal de los demás, una pérdida de tiempo y un rasgo de mediocridad que no necesariamente lleva aparejado la envidia.

El texto anterior recoge algunos pasajes del capítulo dedicado a Demócrito en Siete maneras para alcanzar la felicidad según los griegos.

Demócrito de Abdera (460 a 370 aC) es el creador del atomismo. Siempre se le ha admirado por sus contribuciones a la ciencia y el estudio de la naturaleza, pero sus ideas relacionadas con la ética son también muy interesantes.


La nostalgia de Pericles

La nostalgia de Pericles

Lo que sí queda claro al leer a Tucídides, al menos para mí, es que, tras la muerte de Pericles, el historiador considera que la ciudad no sabe regirse a sí misma y, aunque critica algunos aspectos de Alcibíades, también…

La verdadera historia de las sociedades secretas

La verdadera historia de las sociedades secretas

La ver­dadera his­to­ria de las sociedades sec­re­tasDaiyan Edi­to­r­ial, 2020 (segunda edición del libro publicado en Alba en 2008) La verdadera historia de las Sociedades Secretas intenta descubrir el saber oculto de los influyentes masones y francmasones, los misteriosos rosacruces, los…

La precisión de la multitrama

La precisión de la multitrama

INT.   LAVABOS –  TAQUILLAS –  DÍA SIPOWICZ entra desde la calle vistiendo su chaqueta y con una pequeña bolsa de farmacia. Se dirige a su taquilla, la abre, cuelga su chaqueta en la puerta. Se dirige al lavabo, se mira…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El buenánimo de Demócrito y los peligros de la envidia