Un ejemplo de conmovedora solidaridad entre los diversos órdenes de la naturaleza

 

Coincidiendo con la detección de al menos dos gérmenes, virus o bacterias que pasan las horas en mis pulmones [en 1996], mi ordenador empezó a volverse loco, atacado también por un virus que escapaba toda posible detección.

Tuve que cambiarle la sangre y la médula espinal (que supongo que será la equivalencia) y después  darle la vida de nuevo.

Pero, no bien mi ordenador todavía convaleciente empezaba a recuperar sus capacidades, mis plantas decidieron unirse al grupo de infectados.

Desde hace días ya venía yo observando esa plaga de feas mariposas con que nos ha obsequiado la llegada del calor.

Hoy he sabido que dentro de una o dos semanas se producirá una invasión de orugas que nacerán de los huevos puestos por estas mariposas africanas, que tienen el curioso nombre de autografa gamma, porque en su lomo parece leerse la letra gamma.

Mi ordenador se recupera, yo tal vez me cure por los antibióticos específicos, pero ¿y mis plantas? Eso es lo que más me preocupa ahora.

Dicen que hay que fumigar.

 

(1996)


2020: el cuadro de las plantas de mi terraza debí pintarlo antes de la invasión de la autógrafa gamma, que no recuerdo si acabó con mi jardín.

Los diversos órdenes son el mundo vegetal, el mundo animal (yo) y el mundo artificial.


[Escrito en 1996, durante mi enfermedad. Publicado en 2020 durante el coronavirus]

Ocurrencias de un enfermo

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