Tachinaba Akemi revisitado
En Placeres sencillos de Tachibana Akemi mencioné un poema que me gustó mucho al leerlo en Silencioso Tao, de Raymond Smullyan:
PLACERES SENCILLOS
Es un placer
Cuando desplegando una hoja de papel
Cojo el pincel
Y escribo con más habilidad
De la que esperabaEs un placer
Cuando tras cien días
Retorciendo mis palabras
Sin éxito, de repente
Surge un bello poemaEs un placer
Cuando, sin ayudas,
Puedo comprender
El significado de un volumen
Que se considera muy densoEs un placer
Cuando, algo muy infrecuente,
Tenemos pescado para la cena
Y mis hijos gritan gozosos
“¡Yum-yum!” mientras lo engullenEs un placer
Cuando, en un libro que examino al azar,
Encuentro un personaje que es como yo.
En estos días, mientras juntaba cosas para el Cuaderno de Japón, me he encontrado otra vez con el poema de Akemi Tachibana. Eso me ha dado la idea de buscar información acerca de él y más poemas suyos.
En la biblioteca virtual Questia he encontrado el poema de los placeres sencillos en japonés y en la traducción inglesa de Donal Keene. Y me he llevado una gran sorpresa:
Solitary pleasures
Tanoshimi wa It is a pleasure
Komi wo hirogete When, spreading out some paper,
Toru fude no I take brush in hand
Omoi no hoka ni And write far more skilfully
Yoku kakeshi toki Than I could have expected.
Tanoshimi wa It is a pleasure
Momohi hineredo When, after a hundred days
Naranu uta no Of twisting my words
Futo omoshiroku Without success, suddenly
Idekinuru toki A poem turns out nicely.
Tanoshimi wa It is a pleasure
Asa okiidete When, rising in the morning
Kinō made I go outside and
Nakarishi hana no Find that a flower has bloomed
Sakeru miru toki That was not there yesterday.
Tanoshimi wa It is a pleasure
Mare ni uo nite When, a most infrequent treat,
Kora mina ga We’ve fish for dinner
Umashi umashi to And my children cry with joy
Iite kuu toki “Yum-yum!” and gobble it down.
Tanoshimi wa It is a pleasure
Sozoro yomiyuku When, in a book which by chance
Kaki no naka ni I am perusing,
Ware to hitoshiki I come on a character
Hito wo mishi toki Who is exactly like me.
Tanoshimi wa It is a pleasure
Yo ni tokigataku When, without receiving help,
Suru kaki no I can understand
Kokoro wo hitori The meaning of a volume
Satorieshi toki Reputed most difficult
Tanoshimi wa It is a pleasure
Ebisu yorokobu When, in these days of delight
Yo no naka ni In all things foreign,
Kōkoku wasurenu I come across a man who
Hito wo miru toki Does not forget our Empire.
Además de alguna estrofa que está en distinto orden, en la versión de Smullyan faltan dos estrofas enteras. La primera dice más o menos:
Es un placer
cuando al amanecer
salgo fuera y veo
una nueva flor
que ayer no estaba.
Pero la sorpresa está otra estrofa, que es la que cierra el poema, y que dice:
Es un placer
cuando en estos días de deleite
en todo lo extranjero
encuentro a un hombre
que no olvida nuestro Imperio.
Para quienes no conocen la historia de Japón, quizá conviene aclarar que Akemi (1812-1868) vivió en la época del shogunato. Desde hacía varios siglos, en Japón existía un sistema dual en el que había un emperador, que carecía de poder efectivo, y un shogun, que era quien realmente mandaba. Akemi deseaba la restauración del Imperio.
En parte estimulados por la agresiva llegada a Asia de las potencias occidentales, muchos políticos y pensadores de Japón propusieron el restablecimiento del Imperio y al mismo tiempo la modernización del país, acabando con el shogunato feudal.
Al final, este cambio se hizo durante la restauración Meiji del Imperio (1868-10912), y eso permitió a Japón convertirse en una potencia mundial, al contrario de China, que no supo emprender las reformas. En la modernización de Japón se imitaron muchas de las ideas occidentales, tras una cuidadosa investigación de las diferentes constituciones y sistemas de organización de las naciones europeas y de Estados Unidos. El propio emperador viajó a Europa para informarse por sí mismo. Lo curioso del asunto es que en Japón, tras algunas resistencias iniciales, prácticamente todos estaban de acuerdo en que había que imitar a Occidente, tanto los pro occidentales como los anti occidentales.
Pero Tachibana Akemi no llegó a ver la restauración imperial, pues murió en el preciso año en el que se inició la época Meiji, aunque fue uno de los precursores de este movimiento. Su animadversión hacia el shogunato también le hizo romper con las formas tradicionales de los poetas del período Tokugawa (shogunato). En cualquier caso, parece que Akemi se alineaba junto a los contrarios a las ideas extranjeras.
Una vez aclarado esto, sólo diré que es obvio que Smullyan cercenó el poema de Akemi y que, en mi opinión, eso fue un gran acierto. Porque la última estrofa de Akemi echa a perder todo el poema, toda esa deliciosa enumeración de placeres sencillos, que con esos versos finales se convierte en una proclama política, que, al margen de su acierto o error, es todo lo contrario de lo que dice el resto del poema. La sencillez de esos placeres es incompatible con un sentimiento tan artificioso y prefabricado como es el patriotismo, cualquier patriotismo.
Por otra parte, es curioso, pero no infrecuente, que un poema (eso si, cercenado) pueda ser mejor que las intenciones de su autor al escribirlo.
Sospecho que el libro de los placeres sencillos de Tachibana Akemi contiene muchas más estrofas en la que describe otros placeres, a la manera de las encantadoras enumeraciones de lo que le gusta y lo que no le gusta de Sei Shonagon en El Libro de la almohada.
La ilustración de Yoshitoshi Tsukioka aparece junto a otra estrofa de Tachibana Akemi:
Pleasure is this:
to lie cool under the bower
of moonflowers
the man in his undershirt,
the woman in her slip.(El placer es esto:
descansar bajo la enramada
de flores lunares,
el hombre en camiseta,
la mujer en combinación.)
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[Publicado en junio de 2006]
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