Sueño y vigilia en Polaris
El libro de los sueños 1

librodelsuenho1

Cualquier persona sabe que no siempre es fácil distinguir el sueño de la vigilia.

Un día recordamos una pequeña anécdota y la contamos como si hubiese sucedido realmente. De pronto nos damos cuenta de que aquello nunca sucedió, que fue sólo un sueño.

A veces nos cuesta admitir que algo que recordamos vívidamente fue sólo un sueño. Más adelante contaré algunas experiencias personales en este sentido.

Por otra parte, mientras soñamos es difícil darse cuenta de que estamos dormidos. Nos parece estar experimentando sucesos reales. De hecho, ni siquiera llegamos a plantearnos el problema de si estamos dormidos o no. Más adelante también hablaré de esos extraños sueños en los que sabemos que estamos soñando.

Cuando nos despertamos y recordamos lo que hemos soñado, todo nos parece bastante incoherente: caminamos por el aire, somos perseguidos por hombres gelatinosos que nos atrapan y nos van enterrando en sus cuerpos repugnantes, viajamos a la época romana y entramos en un cine. Todo sin interrupción.

Sí, es verdad que todo es incoherente, pero lo es en el recuerdo que conservamos durante la vigilia. Mientras habitamos en el tiempo de los sueños es raro que percibamos esa incoherencia, esa falta de ilación lógica entre las diversas situaciones del mundo onírico.

La dificultad de distinguir entre sueño y vigilia ha sido observada por personas de las más diversas culturas y de todas las épocas. Y a menudo ha surgido la pregunta inevitable: ¿cómo sabemos que el tiempo de vigilia no es de la misma naturaleza que el tiempo onírico? Es decir: ¿cómo podemos asegurar que lo que llamamos vida real no es tan sólo un sueño?

polarisEn su relato Polaris, Lovecraft cuenta la historia del vigía de la Torre, que debe permanecer despierto para anunciar la temida invasión de un pueblo enemigo, los inutos. No sigo contando el cuento, sino que añado un enlace donde se puede leer: Polaris.

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Cuando hayas leído el cuento, puedes leer el Epílogo a Polaris.

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Polaris es un cuento incluido en el libro Dagón y otros cuentos macabros (Alianza Editorial, con fecha de 1982). Probablemente fue publicado por primera vez en inglés en 1939.

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Esta entrada recoge un fragmento del primer cuaderno de El libro de el sueño, que escribí para Karina Pachecho en 1998. Se reproduce aquí con su permiso.

Karina

 

El libro de los sueños, de Daniel Tubau

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One Comment

  • Alejo Alberdi

    Releyendo
    «Escrito con drogas», un estupendo libro de Sadie Plant, me encontré
    hace poco con la curiosa historia del descubrimiento de la acetilcolina
    -el primer neurotransmisor que se identificó y, al mismo tiempo, la
    confirmación de la existencia de la comunicación química interneuronal. Lo mejor, que esta sustancia endógena está implicada en los sueños y que Otto Loewi, el científico
    que la descubrió, lo hizo a través de un sueño o, mejor dicho, de dos,
    porque el primer día no pudo descifrar sus apuntes y al día siguiente
    volvió a soñar lo mismo y se puso al trabajar sin dilación

    Los sueños del Doctor Loewi | UniDiversidad. Observaciones y pensamientos.

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