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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
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Siete maneras de alcanzar la felicidad
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El (no tan) demócrata Tucídides
Zenón de Elea | ¿Existe el movimiento?
Tucídides y el culto a los grandes hombres
Las lecciones de la experiencia
Los otros escépticos de la India
Los koans del escepticismo

Los antorcheros

De nuevo en Cancún tras pasar por Isla Mujeres, tomé enseguida el autobús para Valladolid. Me tocó viajar con una niña india muy guapa, pero muy tímida. Todo me lo hacía saber con gestos: que le diese chicles, galletas, que cerrase o abriese la ventana, que le diese a su hermanita pequeña y la pusiera sobre su regazo (la pequeña estaba con su madre en el asiento de al lado). Al final se fue animando un poco y me di cuenta de que no era que no supiese español, sino que yo le daba un poco de miedo.

Además de hacerme amigo de una extraña y silenciosa manera con la niña de al lado, veía pasar de vez en cuando, en ambos sentidos de la carreta, coches llenos de gente vestida de varios colores -los de la bandera mejicana, creo, pero quizá algunos más-, y de tanto en tanto niños y niñas que corrían llevando antorchas. Después supe que se trata de una  especie de competición o reto deportivo-religioso relacionado con la Virgen de Guadalupe, patrona de México, que se celebra el día nacional, el 12 de diciembre. Estos muchachos recorren montones de kilómetros de una ciudad a otra, seguidos de camiones y coches que les animan y que llevan imágenes de la Virgen, que luego serán bendecidas. Era bastante impresionante ver correr a estos niños descalzos por la carretera bordeada por la jungla.

antorcheros

Pasamos por varios pueblos, apenas unas casas, que no aparecen en los mapas (aunque todavía no he conseguido un buen mapa de la zona) e hicimos una parada en Ignacio Zaragoza, donde compré una estupenda revista de arqueología mejicana.

La gente de estos pueblos es mayoritariamente india. En Ignacio Zaragoza vi a dos niños diminutos encorvados bajo dos grandes haces de leña. La cosa ya empieza a ser distinta de la disneylandia cancunense. Casi todos los indios son muy pequeños, a veces encorvados o con la cabeza casi unida al cuerpo (casi sin cuello). Es fácil pensar que un invasor español, aunque midiese sólo 1.60, pues los españoles siempre hemos tenido fama de bajitos, les resultase bastante impresionante.

IMGUn detalle en el autobús: un cartel de prohibido fumar y otro de prohibido llevar pistolas. También estaba prohibido beber alcohol, por lo que el conductor hizo bajar a un infractor.

Algunos pueblos por los que pasamos: El Pocito, Esperanza, Agua Azul, Valladolid Nueva, Nuevo Xcan… A ambos lados de la carretera, una selva de aspecto bastante impenetrable.

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NOTA 2013: Al comprobar el nombre Ignacio Zaragoza, no he encontrado un pueblo con ese nombre, pero sí a un héroe patrio, que nació en Texas, creo. No sé muy bien si el pueblo se llama simplemente Zaragoza o Juchitan Zaragoza (quizá Juchitan sea sinónimo de Ignacio y el pueblo se llama así en honor a aquél prócer)

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CUADERNO DE MAYAB (YUCATÁN-MÉXICO)


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