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Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau
Sabios ignorantes y felices, de Daniel Tubau

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Las lecciones de la experiencia
Los otros escépticos de la India
Los koans del escepticismo
Edipo y Stefan Zweig
Difícil de creer
Carnéades y tus dos amigos gemelos
Al principio fue el misterio
Una filosofía mundana creada por un dios
Los demonios escépticos de la India

La narrativa y las casualidades significativas

«Un coleccionista de arte francés vive en su castillo rodeado de cuadros valiosísimos que ha reunido a lo largo de toda su vida. En un pequeño pueblo del cinturón del maíz de Estados Unidos, conocido por su religiosidad puritana, un granjero ruega todas las noches a Jesucristo que llegue el día del Juicio Final. Una noche el castillo del millonario francés arde. Esa misma noche el granjero se despierta y siente que el Juicio Final ha llegado…

Tal vez estás pensando en la relación que existe entre las dos historias, la del granjero y la del millonario francés. Sin embargo, la única relación soy yo, el narrador».

Algo así (lo he citado de memoria) cuenta John Fowles en El mago.

Tenemos la tendencia irreprimible de trazar nexos y establecer relaciones entre las cosas, o de justificar de alguna manera nuestro comportamientos y el de los demás. Queremos entender todas las cosas que observamos y explicarlo todo. Pero casi todas nuestras brillantes explicaciones son tan arbitrarias como las que establecemos entre dos hechos cuya única relación es que sucedieron al mismo tiempo.

Del mismo modo, esperamos a que nos ofrezcan la conclusión de un argumento para que todo lo que se ha dicho cobre sentido. Por eso, cuando descubrimos que no existe tal conclusión, nos quedamos muy sorprendidos.

Quizá sería más razonable acostumbrarnos a aceptar que muchos sucesos no tienen otra conexión que su coincidencia temporal, o incluso tan solo su coincidencia en nuestro propio cerebro. Y que muchos argumentos o muchas explicaciones deberían detenerse antes de traspasar el límite de lo que realmente podemos explicar o justificar. Convendría quizá, en definitiva, distinguir entre los trucos de la narrativa y la complejidad del mundo real. 


COMENTARIO EN 2017

He buscado la cita en El mago de John Fowles, que no coincide en nada con la que yo me había inventado, excepto en el argumento precisamente, en la intención argumentativa, que sí es la misma.

Lo explico en La columna de fuego.

 

 

Pre-juicios
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