La materia intelectual

MUsil en su despacho
Para mostrar que Musil, además de ser capaz de encontrar lo bueno en lo malo (Los escritos póstumos), también podía ser caustico, cínico e irónico, en definitiva, esos rasgos que algunos identifican con la verdadera inteligencia (idea que yo no comparto), aquí está una descripción de algunos de sus congéneres en las tareas intelectuales.

intelectuals 250px-Age_du_papierAl parecer, estas observaciones eran muy atinadas en los tiempos de Musil, pero todavía se pueden aplicar en nuestros días: basta con visitar lugares donde se reúnan literatos, poetas, comiqueros, cinéfilos y, ¿por qué no decirlo?, en la mismísima Biblioteca Nacional:



«Cualquier observador capaz de prestar un poco de atención a sus semejantes, y que esté dotado de un sentido del olfato comparable a ese interés, habrá podido notar más de una vez que entre aquellos que son aficionados a los asuntos intelectuales se da una llamativa carencia de atención hacia su otro yo, hacia ese cuerpo físico que sostiene su espíritu. Sin duda es el esfuerzo empleado en alimentar su espíritu, o tal vez el ardor con el que se entregan a las musas, lo que provoca en muchos de ellos una sudoración desmesurada e incontrolable contra cuyos efectos no parecen considerar necesario luchar. O tal vez sucede que pertenecen a una extraña secta cuyo lema es
Mens sana in corpore putrido
   (Musil en Escritos póstumos publicados en vida)

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[Publicado en 2004]


CUADERNO AUSTROHÚNGARO

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