La antigüedad mítica en Grecia y China
Lo que hacen los chinos al recurrir a los antiguos reyes, emperadores o augustos, es lo mismo que hacen los griegos de la época clásica, de una manera que asombra, de nuevo, por sus similitudes.
Tanto los chinos como los griegos acuden a héroes situados en un pasado sumergido en las brumas de la leyenda.
Los griegos del 800 antes de nuestra era se remontaban a una época situada entre el 1600 y el 1200 antes de nuestra era: la de los poemas de Homero y la de los mitos de héroes, semidioses y dioses.
Los chinos también se remontaban a personajes situados entre 400 o 600 años antes, los fundadores de los Zhou, o hasta 1500 o más, cómo Yu el Grande, el Emperador Amarillo o incluso dioses cómo Nuwa o Fuxi.
Unos y otros buscaban en los personajes situados entre la historia y la fábula sus referentes éticos y culturales. Las dos culturas tienen también un autor de referencia (o tal vez, también en ambos casos, una suma de autores) un educador. Para los griegos de la época clásica es Homero, para los chinos letrados o confucianos de los Estados Combatientes el Duque de Zhou, o los reyes Zhou a los que se atribuyen los Cinco Clásicos: Yijing (el Libro de los cambios), Liji (el Libro de los ritos), Shijing (el Libro de la poesía), Shangshu o Shujing (el Libro de los documentos) y Chunqiu (Primaveras y Otoños).
Y también en China como en Grecia, poco a poco el escepticismo empezó a socavar la confianza en ese pasado ideal. Platón cuestionará la autoridad de Homero, los filósofos de los Estados Combatientes la de los textos de los Zhou.